La inspiración en la relojería automotriz…, perdón, la inspiración en el mundo automotriz como parte de la relojería de precisión y vanguardia es innegable, como muestra basta este día dedicado a la precisión de...
La inspiración en la relojería automotriz…, perdón, la inspiración en el mundo automotriz como parte de la relojería de precisión y vanguardia es innegable, como muestra basta este día dedicado a la precisión de los motores y rotores, pero también al diseño veloz de una marca en particular, quizá la de mayor espíritu racing de todas: TAG Heuer, que nació en 1860 portando únicamente el apellido de su creador Edouard.
Esta pasión se acompaña a través de generaciones y anterior a su venta, Jack Heuer generó la línea CARRERA, participó directamente en la creación del MONACO y antes de estas colecciones aparecieron varias dedicadas al automovilismo, previo a la crisis del cuarzo y posterior a ella. Para muestra los modelos: Autavia y Autavia GMT, Monza, Targa Florio, Silverstone, Camaro, o los Calculator, que servían para determinar algunas mediciones que en cronógrafos «normales» jamás encontrarás.
Hablamos también de la relación con la Fórmula 1 o la Carrera Panamericana utilizando el espíritu potente y varonil de dos de las competiciones más impresionantes de la historia, además de ligarse a Embajadores de talla internacional ex-campeones de sus debidas competencias, nos referimos a: Ayrton Senna, Lewis Hamilton, Jenson Button, Niki Lauda, Alain Prost, Mika Häkkinen, David Coulthard, Kimi Räikkönen, Fernando Alonso y Kevin Magnussen, entre otros.
Así pues, Heuer es sinónimo de altas prestaciones, deportividad y elegancia, surgidas de la inspiración de Jack Heuer en La en su mayoría, quien confirmó a la marca como un estandarte de la horología contemporánea, no solo por sus excepcionales líneas y asombrosa versatilidad, sino por la historia que describe cada uno de estos elementos.
A medida que los años pasan, las colecciones de arte, los automóviles, las tendencias en el diseño y la arquitectura, así como la manera de vestir, van dejando una huella en la percepción de las personas, y depende de su relevancia si permanecen y dan vida a futuras generaciones. Pongamos como ejemplo el art-déco: si aquel trazo geométrico hubiera carecido de valor, jamás lo veríamos repetido hoy en día. ¿Qué lo determina? Un importante número de factores, el principal de los cuales reside en el nivel de aceptación arraigado en el inconsciente de las personas que lo aprecian y advierten en él algo intangible.