La movilidad sostenible no sólo tiene que ver con salvar al planeta: también es un tema de salud pública. En las grandes ciudades, como la CDMX, los automovilistas le destinan más tiempo al tráfico, que a sus vacaciones. En medio del dolor derivado de la pandemia, una luz se asomó cuando se planteó la posibilidad de mejorar la movilidad para evitar regresar a los niveles de tráfico y contaminación previos. Desgraciadamente, eso no sucedió. Tal como dejaban ver algunas tendencias, las personas prefieren el uso del automóvil que otros medios de transporte para disminuir el riesgo de contagio.
Si eres de los que sigue creyendo que los motores de combustión deben permanecer por siempre, no estás pensando en las enfermedades que esto acarrea. Además, hablar de movilidad inteligente implica, no sólo el uso de un tren motriz eléctrico en el automóvil, sino de crear soluciones para evitar accidentes y reducir el congestionamiento.
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Uno de los precios a pagar al estar en el automóvil por mucho tiempo, es el permanecer sentado, sin opción a estirarte, pararte o moverte. Esto no es normal y médicos señalan que es tan maligno como fumar. En pocas palabras, el permanecer mucho tiempo sentado, acorta tu vida.
Según una entrevista de The Los Angeles Times al Dr. James Levine, director de la Clínica Mayo-Iniciativa de Soluciones de Obesidad de la Universidad Estatal de Arizona e inventor de la cinta de correr: “Sentarse es más peligroso que fumar, mata a más personas que el VIH y es más traicionero que el paracaidismo. Estamos sentados hasta la muerte.” ¿Te asustan las palabras cáncer, diabetes o enfermedades cardiacas? Son enfermedades comunes para malos hábitos comunes.
Pero ¿por qué comparar el sedentarismo con el tabaquismo? Porque sus efectos no son reversibles a través del ejercicio u otros buenos hábitos. Así es, es dañino hasta para los que hacen ejercicio por las noches o las mañanas. Además, está relacionado con cáncer de colón, endometrio y de pulmón, según un estudio publicado en la Revista del Instituto Nacional del Cáncer. Otros estudios incluso lo han relacionado con cáncer de mama.
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La contaminación en las intersecciones es 29 veces mayor que en la carretera abierta o en el flujo libre de tráfico. En estas circunstancias los motores están en marcha, haciendo que la concentración de las emisiones sea mayor, ¡y peor para los que están dentro del automóvil!
El problema es complejo: si enciendes el aire acondicionado, la contaminación ingresará a la cabina. Sin embargo, si mantienes las ventanas cerradas, la contaminación quedará encerrada al interior del vehículo. Por ello, más aún con la pandemia, cada vez más fabricantes ofrecen sistemas de purificación de aire para eliminar bacterias y partículas contaminantes.
Así, los coches que esperan en el tráfico o en las luces rojas contienen hasta un 40% más de contaminación que los que se mueven y los conductores experimentan hasta siete veces más partículas contaminantes que los peatones.
¿Qué hacer? El resto del día, ¡procura mantenerte en movimiento!
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