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Cambiar de coche puede parecer una decisión sencilla cuando hay un ascenso en el trabajo o por alguna razón recibes un ingreso extra. Sin embargo, puede ser una decisión difícil cuando llevas algunos años con tu auto y no estás seguro si estás preparado económicamente para comprar uno nuevo.
¿Cómo determinarlo? En realidad depende, por un lado, de factores exteriores, como la gasolina y el mercado. Por otro lado, depende de factores subjetivos, como tus finanzas, las distancias que recorres y el uso que le das.
Para saber si ya es un buen momento, lo mejor es hacer un análisis exhaustivo de todos los factores. De esta manera habrá menos probabilidades de que te arrepientas después de la decisión que tomaste.
Registra lo siguiente:
– Gasolina.
– Servicio.
– Seguro del auto.
– Verificación.
– Tenencia.
– Reparaciones, mantenimiento y refacciones.
– Gastos secundarios: estacionamientos, propinas, franeleros, autolavados, casetas, segundo piso, etc.
Si el coche te está costando el 30% o incluso el 40% de tu salario, es muy elevado. No debes superar el 22%.
– Valor de reventa. ¿Tu auto tiene más de cinco años de antigüedad? ¿Tiene más de 100 mil kilómetros recorridos? ¿Tiene fallas importantes? ¿Está golpeado o visualmente deteriorado? ¿Circula todos los días?
– Con base en tus ingresos, determina cuánto realmente le puedes destinar a un auto. No debe superar mucho lo que gastas actualmente, a menos que tengas considerablemente mayores ingresos de los que solías tener.
– Si contemplas pagar con crédito, suma el total.
– Comisión por apertura.
– Enganche.
– De cuánto es la tasa y si es tasa fija o variable, dependiendo el plazo.
– Si incluye seguro o no.
– ¿Cuánto cuesta el seguro del auto nuevo? Entre más nuevo es el modelo, más se elevan las tarifas.
– ¿Es más eficiente que tu auto anterior? Debes proponerte que ahorre más combustible.
– ¿Cuánto cuesta su mantenimiento? ¿Servicio? ¿Refacciones? Cotiza.
– Costo por emisión de placa nueva y documentos adicionales.
Suma: Costo del auto (si es crédito, con todo e intereses) + Costos adicionales (placas, servicio, seguro del auto, verificación, tenencia, reparaciones y mantenimiento, refacciones, gastos secundarios) – valor de tu auto viejo.
Recuerda que un auto nuevo debería implicar menos gastos de mantenimiento. Sin embargo, el costo del seguro se elevará, al igual que muchas refacciones y autopartes que actualmente tienen más tecnología.
Un ejemplo de ello es una llave inteligente. Si la pierdes o quieres duplicado, te costará bastante por la programación de la computadora de tu auto. Entre menos tecnología tienen, serán más económicas las refacciones. De esta manera, por lo menos, procura que la nueva compra ahorre costos de gasolina.
– ¿Es una necesidad real o simplemente crees que ya es muy viejo (pero funciona bien)? Este tipo de compras deben ser más racionales que emocionales. Si tu auto tiene buen desempeño y los gastos están dentro de tu presupuesto, piénsalo dos veces.
Si ya no circula, tiene muchas fallas y tienes la capacidad económica para pagar uno nuevo, con todos los costos adicionales que implica, es buen momento.
La motivación de cambiar tu coche siempre debe estar alineada con hechos empíricos. Es decir, con números, evidencia y hechos reales, no con impulsos emocionales o pasajeros.
Debes tomar en serio el análisis de tus finanzas antes de echarte un compromiso del cual después no puedas deslindarte. Si tienes presupuesto para un auto nuevo, un híbrido te ahorrará mucho dinero, gracias a los incentivos fiscales y la poca gasolina que consumen.
Si vas a comprar un coche usado, contempla ahorrar lo más posible para que tengas muchas más opciones para pagarlo, ya sea en agencia o con alguien muy confiable.
Recuerda, el objetivo siempre debe ser evitar endeudarte o, si no hay otra opción, que sea lo menos posible.
¡Cuéntanos tu experiencia!
