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Debido al estilo de vida que tenemos en la ciudad y al tránsito pesado, los consumidores optan por comprar autos que les faciliten los procesos a la hora de conducir. En lo personal, debo confesar...
Debido al estilo de vida que tenemos en la ciudad y al tránsito pesado, los consumidores optan por comprar autos que les faciliten los procesos a la hora de conducir. En lo personal, debo confesar que soy pro-transmisión manual, de hecho, hay quienes también la prefieren sobre la caja automática.
Ya sea porque les gusta más la experiencia de manejo que ofrece o que han creído algunos mitos en torno a éste tipo de caja. A continuación, te comparto los más comunes.
Sí, ha estado rondando este mito por todos lados, sin embargo, gracias a su administración electrónica, al mayor número de cambios que tiene y a la presencia del modo de manejo “económico” que se ha incluido en algunos de los modelos actuales, podemos asegurar que ciertas ocasiones pueden ser mejores que los que tienen ‘clutch’.
Esto fue cierto hace algunos años cuando presentaron muchas fallas, pero en la actualidad, la tecnología avanzó tanto que incluso podrían catalogarse como los autos más confiables, a diferencia de las manuales.
Algunas cajas automáticas contemporáneas cuentan con controles al volante, por lo que incluso ésta podría permitirnos una mejor sensación de manejo al realizar cambios desde la palanca. Debido a que las paletas al volante le da un carácter más deportivo al auto y es mucho más cómodo que un cambio manual.
Esto no es del todo cierto, aunque el cambio manual y el pedal del ‘clutch’ implican un trabajo de más pasos al momento de conducir. Lo cierto, es que dominar un estilo más complicado tampoco significa que eres un súper experto.
Poco a poco este tipo de transmisión, ha ido aminorando en los modelos más recientes, aunque no creo que se vayan a desaparecer del todo. Es importante mencionar, que la caja automática ha crecido en las nuevas generaciones de automóviles haciéndolos más eficientes, por eso, debemos quitarnos este gran mito de la cabeza.
