Pues bien, después de esta breve introducción, el preparador profesional puso a punto el modelo Venom GT para demostrarle a su más cercano rival (por se autos de producción) el Bugatti Veyron Super Sports, que no es el auto más rápido salido de una factoría para venderse a clientes especiales.
Así los ingenieros británicos y estadounidenses fijaron la fecha y lugar para romper el récord de velocidad en un auto comercial. Fue justo el nueve de febrero en una pista de casi tres kilómetros de longitud en la base naval de Lemoore, California, en dónde logró alcanzar la estupenda cifra de 427.6 km/h.
Recordemos que el Bugatti Veyron Super Sport consiguió una velocidad máxima de 431 km/h pero el auto que se entregaba a los afortunados dueños, se encontraba limitado hasta los 415 km/h ya que según la firma, esta velocidad la pueden soportar los neumáticos montados y el llegar a los 431 km/h sin un asfalto adecuado como un circuito, éstos podrían estallar. Por lo que el Venom GT es entonces el auto más rápido de producción.
El motor que se ocupa de mover a este increíble deportivo es un V8 de 7.0 litros y 1,2444 caballos de potencia, cifra que sin duda alguna, es toda una experiencia de dominar.
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