La década de los 90 fue histórica para el mundo automotriz porque representó una inclinación de las marcas para regresar y revitalizar los automóviles subcompactos y roadsters de dos puertas. En esta ocasión, les tengo la ejecución del gigante azul: Ford Ka.
Originalmente orientado para manejo de ciudad, Ford decidió resaltar su modelo de la competencia con conceptos básicos y no negociables: practicidad, carrocería fácil de mantener de y reparar, todo acompañado de un diseño arriesgado pero único. ¿Funcionó? Claro que sí.
El #ViernesVintage de esta semana nos trae de vuelta al 11 de septiembre de 1996, fecha donde el primer Ford Ka sería revelado. Esta nueva adición para la gama de bajo costo del gigante azul estaba basado en la plataforma del Fiesta Mark IV pero obviamente con un diseño exterior totalmente diferente.
Cabe destacar que al inicio, este diseño llegó al mercado con cierto grado de escepticismo. Su diseño francamente “adorable” fue visto por muchos como un potencial rechazo para los clientes que contaban con muchas alternativas nuevas de otras marcas con aspecto más robusto y rudo.
Sobra decir que las risas sobraron cuando el coche probó ser un éxito de ventas a nivel mundial. Fabricado en Almussafes, Valencia, Ka fue introducido al mercado con un nombre fácil de recordar y pronunciar globalmente y un diseño supervisado por Jack Telnack y Claude Lobo; artífices de diseños como Taurus y Capri, respectivamente.
Como sucedió con nuestra entrega pasada, las prioridades de Ford Ka eran tanto preservar la practicidad a pesar del tamaño y componerlo de partes fáciles de reparar y mantener. Mantener un costo bajo para el cliente era indispensable.
Por ello, una de las cuestiones a resaltar fue por ejemplo su parachoques frontal de una sola pieza de plástico. Esto hizo que fuera no sólo fácil de reemplazar sino al mismo tiempo mantener el daño mínimo ante cualquier impacto leve cuando sobrestimabas las capacidades de tu Ka para estacionarse en lugares imposibles.
El coche demostró ser bastante exitoso gracias a su increíble precio y gran cantidad de ventajas otorgadas a cambio. Lo primero a destacar fue el sensacional manejo del coche. Un alto nivel de agarre y un peso de 962 kilos contribuyeron a una combinación ganadora para Ka en su manejo.
En su lanzamiento Ford Ka se produjo en un único modelo que contaba con elementos como aire acondicionado, dirección asistida, asiento ajustable en altura, bolsa de aire para el pasajero y ventanas eléctricas. Ventajas inusuales para un vehículo de su categoría.
Fueron estos primeros modelos de Ka que lo llevaron a ser un éxito casi inmediato para Ford porque a pesar de que los números de venta no eran tan altos al inicio, su bajo precio de venta y desarrollo compensaron a favor.
Más adelante, en 2006, Ka se había establecido como un ícono para el mundo y solamente en el Reino Unido, este modelo del gigante azul llegaría a 17,000 ejemplares vendidos.
Naturalmente, para un coche de este éxito y alabanza mundial, no tardó mucho tiempo Ford Ka en ofrecer dos modelos especiales: StreetKa y SportKa.
En 2003, llegaban los dos a la par. SportKa destacaba por ser similar al primer vehículo excepto con una carrocería con elementos deportivos, una suspensión más rígida diseñada para correrlo en circunstancias incluso de pista y unos neumáticos de 16 pulgadas.
Mientras tanto, el modelo StreetKa era una versión todavía más llamativa y enfocada al lujo que la original. Presentada por Kylie Minogue en el Show Motor de Paris, StreetKa era una versión convertible con soft top removible o un aditamento opcional de techo rígido también removible.
StreetKa fue concebido por Pinifarina y contaba con el enorme respaldo de la etiqueta Ghia, que ya sabemos sólo se le otorga a los modelos más interesantes en Ford. Venía con dos equipamientos, uno básico y uno de lujo. Para el segundo, el vehículo contaba con asientos calefactables, reproductor de hasta 6 CD’s, luces de niebla y hasta un contador de revoluciones.
Ambos recibieron un motor en 2005 de 93 HP de 1.6 litros y fueron anunciados por la propia marca como el “gemelo malvado de Ka”, presentando una alternativa más exclusiva para los entusiastas del mercado automotriz.
La despedida de Ford Ka en nuestro país y América en general vendría en 2008. Para México e incluso otras regiones como Sudamérica, India y Sudáfrica, Ford Ka sería eventualmente reemplazado por Ford Figo, una nueva concepción bastante más grande y convencional del subcompacto.
No obstante, el Ford Ka preserva su legado original. Ese objetivo de ser un coche confiable, práctico, barato y llamativo sin duda fue exitoso. Sin duda, un coche de estas características es extrañado ante esta tendencia de coches cada vez más grandes. Sin duda, un ejemplar histórico para Ford.
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