Aquí encontrarás los pros y contras de tener un quemacocos en el auto. Ya tú decidirás si eliges un vehículo con esta característica o no.
Seamos honestos, muchos elegimos un auto con quemacocos no porque permita que nuestro vehículo sea aerodinámico. Sino que es un plus bastante atractivo, ya que nos permite disfrutar del cielo y el aire mientras conducimos de una manera diferente. Esto lo sabe la industria por eso lo incluye como una característica en los vehículos de versión más equipada o de lujo. Sin embargo, más allá de lo estético o «lindo» que pueda verse tu auto, deberías considerar lo siguiente.
El quemacocos, al igual que cualquiera de las ventanas de un auto, al estar abierto “frena” de alguna manera el vehículo y provoca que se gaste mayor cantidad de gasolina, por lo que recomendamos cerrarlo, sobre todo en carretera. Asimismo, debes evitar que tus hijos o cualquier pasajero se suba con el coche andando, como las quinceañeras que vemos por Reforma. Es muy peligroso, ya que pueden sufrir machucones muy dolorosos y, en caso de una colisión, salir disparados por el techo. Debido a que sacan medio cuerpo arriba y el mayor peso se encuentra en la cabeza.
El quemacocos requiere de cristales templados, ya que en caso de que se rompan o se estrelle algo contra él, no cause algún daño punzo cortante a los pasajeros. Siendo de esta manera, de mayor protección y seguridad, además que los protege de los rayos UV. Si el auto o SUV que estás buscando no incluye esto, deberías buscar otra opción de modelo o cotizar hacerlo en la misma distribuidora.
Si tu vehículo no fue diseñado para tener un quemacocos, no es recomendable instalar uno. Ya que existen riesgos de una mala instalación o uso de malos materiales. La mejor opción siempre será adquirir el auto con uno ya integrado. Ahora bien, no está mal que elijas un auto con quemacocos, el tema es que debes considerar las medidas de seguridad y el uso adecuado para sacarle el mayor provecho.