Sí bueno, no tiene mucho qué ver, pero en el #DíaDelÁrbol hemos decidido rendir un homenaje a uno de los términos más complejos de la mecánica, ya que quizá algún día le presupuestaron una...
Sí bueno, no tiene mucho qué ver, pero en el #DíaDelÁrbol hemos decidido rendir un homenaje a uno de los términos más complejos de la mecánica, ya que quizá algún día le presupuestaron una compostura de este elemento sin que usted necesariamente supiera a qué se referían.
Un árbol de levas tiene la función de activar diferentes mecanismos durante una secuencia de intervalos, en este caso el eje que sitúa diferentes levas activa las válvulas, lo cual funge como un temporizador mecánico cíclico.
Las válvulas (admisión y escape) son activadas a fin de ingresar la mezcla y expulsar los gases resultantes del proceso de combustión. Éstos elementos deben presentar una alta resistencia mecánica debido a su acción y trabajo.
Así, el árbol de levas opera las válvulas que ejecutan uno de los procesos más delicados del motor gracias a una prominencias curvas. Sobre el mismo árbol va situada, sobre todo en motores antiguos, una excéntrica para el accionamiento de la bomba de combustible, y el piñón de arrastre para el mando del distribuidor de encendido en los motores de gasolina.
Los árboles de levas utilizan o se posicionan de manera diferente de acuerdo al sistema y a la disposición de válvulas por cilindro. El más común en la actualidad es conocido como OHC, caracterizado por tener el árbol de levas en la culata al igual que las válvulas. En este sistema hay dos variantes: SOHC que cuenta con un árbol de levas que acciona las válvulas de admisión y escape, y el DOHC que cuenta con dos árboles: para manipular el accionamiento de válvulas de admisión y el otro las de escape.