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Muchas personas hacen un mal uso cuando el auto no es suyo
¿Un rato de mal uso puede bastar para que un auto quede con problemas mecánicos? ¿Es exagerado nunca prestar tu auto? Seguramente ya sabes la respuesta, pero veámoslo a fondo. Especialmente porque, si prestas tu auto y te lo regresan con alguna avería, tendrás el argumento y la información para saber lo que sucede.
Pongámoslo en palabras sencillas: así sea una hora en que lo prestes, un conductor descuidado y frenético puede ocasionar daños al vehículo. Más todavía si tomamos en cuenta que muchas personas hacen un mal uso cuando el auto no es suyo.
Si la transmisión es manual, fácilmente puede desgastar el pedal del embrague por un uso incorrecto. Si no es cuidadoso al momento de meter las velocidades, la caja de cambios puede averiarse. Otro problema común es caer en un bache o golpear la parte inferior del auto por brincarse un tope.
No únicamente se pueden dañar los neumáticos, la suspensión, los amortiguadores y hasta los rines, sino que la dirección puede verse afectada, perdiendo alineación. ¿Esto cómo se manifiesta? El vehículo se va del lado y no mantiene una línea recta.
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Otro de los daños comunes es el abuso del frenado, lo cual ocasiona que los frenos se sobrecalienten. Peor todavía si la persona dejó puesto del freno de mano, ¡aunque sea un poco! El riesgo más grande es que el pedal se vaya hasta el fondo. Y entonces sí, el auto no podrá frenar.
Por supuesto, otro tipo de errores al conducir pueden reflejarse en rayones y golpes en la carrocería.
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Más allá de la persona, depende de sus hábitos de manejo. Si la persona conduce precipitadamente, las probabilidades de daño son mayores. Además, debes recordar que, aunque tú no estés presente al momento de un incidente, si eres el titular del auto, ¡eres el responsable!
Antes de decidirte si lo vas a prestar o no, debes tener presente que, desgraciadamente, la mayoría de las personas conducen peor en un coche que no es suyo (así lo han arrojado estudios), ¡y no se hacen responsables de lo que le pase al vehículo!
¿Conclusión? Haz un balance de las ventajas y desventajas, a menos que lo amerita la situación por motivo de emergencia. De lo contrario, ¡evita estar en la incómoda situación de prestar tu auto a expensas de los riesgos! Aunque claro, esto depende de cada quién y, al final, la decisión es tuya.
