Una colección que tardó muchos, muchos años en convertirse en realidad...
El tesoro reside en los ojos de quien mira. En el caso de Gary Duncan, ha sido un visionario coleccionista de raros y exóticos autos japoneses, entre muchas joyas más.
Su sede se encuentra en Christiansburg, una localidad del Condado de Montgomery, Virginia, Estados Unidos. Con una población de 20 mil personas, nunca te imaginarías que en esta zona rural reside una de las colecciones de autos más grandes de Estados Unidos y del mundo. Un video realizado por Jalopnik se ha sumergido en su asombroso interior.
Cuando hablamos de raros autos japoneses, estamos hablando de aquéllos que nunca se vendieron en Estados Unidos. Es más, ¡eran ilegales conducirlos allí! Pero, ¿quién está detrás de esto?
Si bien su historia es interesante, como el hecho de que comenzó a vender autos a la edad de 19 años, no es el tipo de persona que te imaginarías es la mente detrás de algo de este tamaño, tal como destacan en el video.
Finalmente, estamos hablando de los autos más extraños que Japón ha producido. Debido a que estos coches nunca se vendieron en América, Gary tuvo que esperar décadas para traerlos al continente.
Qué tal esta imagen: miles de Nissan Figaro, el vehículo retro vendido en los noventas. Si bien utiliza piezas económicas y normales, su imagen lo dice todo.
La cuestión es que, a pesar de que pudo haber sido un éxito rotundo en el mercado americano, Nissan lo mantuvo únicamente en el mercado japonés.
De esta manera, si los estadounidenses querían uno, como Gary, tendrían que esperar 25 años. En sus palabras:
«En 1999, habíamos ganado un viaje a Japón con Honda y llegamos al Salón del Automóvil de Tokio. Ésa es la primera vez que vi una de estas figuras y supimos que iban a ser un éxito, pero Nissan, por supuesto, no nos dejó tener ninguno «.
Después de 25 años, pudo traer todos los que pudo de Japón, Inglaterra o de cualquier lugar. Una labor difícil, tomando en cuenta que únicamente fabricaron veinte mil.
¿Cuántos tiene? Alrededor de 140 unidades, los cuales están propulsados por un motor turbo de cuatro cilindros que alcanza una velocidad de 120 – 128 km/h.
Pero, ¿nada más los tiene guardados? Tal como imaginaste: no. Además de ser coleccionista y restaurador, también es un hombre de negocios, puesto que los vende.
Sin embargo, él enfatiza que se trata de autos en los que puedes disfrutar de sus atributos y que él pueda compartir su amor por estos autos con el resto de América.
Por último, si creías que sólo se trataba de autos japoneses, también colecciona autos americanos y otras rarezas. Por ejemplo, desde un Ford Ranger normal, hasta pickups de Datsun.
Como cereza del pastel, te compartimos algunos comentarios de las personas que siguieron de cerca el video.
«Trabajo en un concesionario al lado de este lugar. Este video no hace justicia a la locura que tiene allí!
«Compré mi auto con estos tipos. 1989 Nissan S-Cargo.»
¿Qué te parece?
#historiasdeautos