Se los prometo, no estoy loco. Hay un coche en los registros históricos de General Motors asociado a uno de los villanos más icónicos en la historia del cine. Y por si fuera poco, además adquirió el respeto de los entusiastas por derrotar en velocidad a modelos desde Corvette y Camaro hasta representantes del calibre de Ferrari y Porsche. Estoy hablando de Buick Regal.
Cuesta trabajo asimilar que un coche con estas credenciales haya iniciado su historia como un modelo a lo Frankenstein, reciclando partes de cualquier modelo que pudiera suplir General Motors. Sin embargo, nuestro ejemplar de este #ViernesVintage demostró ser bastante más que solamente un típico sedán de la época.
Buick Regal debutó en 1973 presentado como un vehículo de lujo personal. Ya Buick había probado con éxito el mercado de lujo en los sedanes con Riviera pero con la caída de su popularidad ante las ofertas de Pontiac y Oldsmobile, la marca se vio obligada a cambiar su enfoque.
De todo esto, surge el primer Regal conocido como “Century Regal Colonnade Hardtop coupé”. El nombre lo hereda de Century, otro modelo del fabricante al compartir muchas de sus distinciones estéticas. Sin embargo, no era el único, debido a que elementos prestados de Grand Prix y Monte Carlo de Pontiac así como de Cutlass Supreme de Oldsmobile también estaban presentes.
A pesar de todo, la verdadera distinción y ventaja competitiva de Regal estaba en sus interiores. Con insertos de madera en los paneles y en la consola central, asientos en vinilo y un descansabrazos exclusivo junto con algunas partes en tapicería de pana. Este vehículo contaba con materiales que difícilmente podías ver no sólo en el segmento de lujo sino en el mundo automotriz en general.
Otro factor importante de esta generación fue su motorización. La oferta estándar era el Buick 350 de 5.7 litros V8 pero esto podía ascender hasta un 7.5 litros, siempre en transmisiones automáticas de 3 velocidades, para mantener ese sentimiento de lujo con una potencia de 192 caballos para su versión en 1973.
Buick Regal para el año 1978, cambió radicalmente en cuestión de estética y alma. Primero que nada, se introdujo como estándar una versión de motor 196 cu de 3.2 litros V6 con intención de proporcionar variedad para el cliente.
Al tiempo de su introducción, Regal sólo era ofertado en una versión coupé pero poco a poco comenzó a incluir más carrocerías desde un 4 puertas sedán hasta un station wagon de 5 debido a la descontinuación de su coche base, el Century.
Esta nueva visión de Regal fue todo un éxito que le permitió sobrevivir en el mercado hasta 10 años. Equipados la mayoría de los modelos con cajas automáticas (con excepción de una manual de 3), Regal tuvo un rediseño más en 1981 tan importante que se convirtió en la imagen que conocemos ahora.
Pero esto no se debía a su diseño necesariamente. Lo realmente importante fue el nacimiento a la par de una edición especial que terminó por ser uno de los automóviles más subestimados de la historia.
En febrero de 1982, Buick Regal Grand National debutó basado en el nombre de la NASCAR Winstons Cup Grand National Series. Originalmente intencionado como un modelo concepto para solamente una producción de 100 unidades, Cars and Concepts en Brighton, Michigan, adaptaron un total de 215 ejemplares con este paquete.
Su más obvia distinción eran sus líneas plateadas a los lados y sus decorados en rojos con el nombre Buick. Además, el motor base fue un 4.1 litros naturalmente aspirado que producía 125 caballos de potencia pero poco a poco fue evolucionando. Por ahora, no había algo que nos volviera locos. Todavía.
Pero debido al éxito de estos 215 modelos, poco a poco el vehículo fue evolucionando a través de los años hasta producir ejemplares que erogaban hasta 200 caballos de potencia. Sin embargo, algunos piensan que el número miente debido simplemente a sus increíbles resultados en pista.
Tal fue el desempeño de este brutal motor que los entusiastas de la velocidad le desarrollaron un gran cariño y respeto a Grand National porque llegaba a completar el cuarto de milla en tan solo 13 segundos, superando modelos del tamaño de Camaro y Corvette; todo con su motor V6 bastante estándar.
Para su año final en producción en 1987, la marca presentó una última edición limitada de Buick Regal Grand National apodada GNX por Grand National Experimental a un precio de 29,900 dólares. Hecho en conjunto con McLaren Performance Technologies, estos modelos solo tuvieron 547 ejemplares en existencia.
La potencia de 276 caballos hacía de este GNX todavía más intimidante que el anterior. Con un turbocargador más eficiente, un diferencial único Panhard, ruedas de 16 pulgadas totalmente negras; Regal llamaba la atención solamente de verlo.
Por si fuera poco, GNX volvió a ganar en el cuarto de milla pero esta vez superando al Ferrari F40 y el Porsche 930 completándolo en 12.7 segundos respectivamente. Incluso algunos llegan a decir que superaba en velocidad al legendario Lamborghini Countach. Se dice fácil.
GNX de Buick se ganó la popularidad en el corazón de la gente a tal punto de apodarlo el “carro de Darth Vader” debido a las películas de Star Wars tan populares en esa época. Ofertado únicamente en color negro, era el apodo perfecto para este coche de aspecto rudo y rectangular.
Esa popularidad fue aprovechada por la marca en la publicidad de GNX utilizando la línea “Lord Vader, su coche lo espera” al presentar el coche que eventualmente fue apodado “el Dark Side” por los entusiastas.
Desgraciadamente, después de tanto éxito y superación constante, Buick Regal nos dejó en su tercera generación con un sabor de boca muy diferente con el que habíamos comenzado. Introducida en 1988, Buick transformó lo que ya básicamente podría considerarse un muscle car de vuelta a un sedán común y corriente.
El fabricante decidió nuevamente enfocarse en la perspectiva que tenían al inicio de hacer de Regal un vehículo de lujo. Esto significaba casi de forma inmediata sacrificar la deportividad y gran nombre que se había hecho para adaptar la comodidad de vuelta.
En esta ocasión, ya solamente habría una oferta de motor y de transmisión. Una caja automática de 4 velocidades acompañada de un motor de 2.8 litros proveniente de Chevrolet con tan solo 125 caballos era la única opción en el mercado. Ya no más esos legendarios V6 y V8 de Regal que habían hecho temblar a grandes rivales.
Después de más cambios mínimos en Regal, el coche eventualmente sería retirado de la gama en General Motors con apenas una pizca de la gloria que había obtenido en años pasados.
Sin embargo, imaginar lo que significó este modelo en su época quizás es comparable a decir que un nuevo Cavalier llegase a superar en velocidad a un Lamborghini Aventador. De ese tamaño era la hazaña. Sinceramente dudo que volvamos a ver algo así en el mundo automotriz.
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