Si el auto es muy seguro y estable, seguramente no sientes la velocidad al conducirlo. Así, cuando menos te das cuenta, estás excediendo el límite de velocidad. Sin embargo, hay otras dos razones que ocasionan que manejes rápido: que no sea tuyo (y que sea de tu empresa) y que sepas que el auto tiene un robusto equipamiento de seguridad. Veámoslo a detalle.
No es lo mismo comprarte tu propio auto y pagarlo a mensualidades, a que tu empresa te asigne un vehículo. Finalmente, esto se percibe hasta con los conductores de Uber: es notorio cuando el conductor maneja su propio auto, que cuando conduce el vehículo de quien lo contrató. La cuestión es que esta percepción ha dejado de ser una teoría.
Una encuesta realizada por RAC (una empresa británica de servicios automotrices) lo ha comprobado. Con información de Driving, casi el 90% de las personas que conducen autos de su empresa admitieron haber superado el límite de velocidad, en comparación con el casi 70% de las personas que conducen su propio auto.
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Lo interesante del asunto, es que pareciera que se ponen de acuerdo para ver quién conduce más rápido: un 60% de los conductores con autos de su empresa que manejaron en exceso de velocidad lo hicieron a 130 km/h; el 8% manejó por arriba de los 145 km/h. Para que te des una idea de la abismal diferencia, ¡sólo el 3% de los automovilistas con auto propio manejaron a estas velocidades!
¿Por qué conducen con exceso de velocidad? La encuesta no podía pasar por alto preguntar por qué manejaron por arriba del límite establecido. Las respuestas fueron las siguientes: 31% de los conductores dijeron que estaban siguiendo el flujo general de tráfico; 65% consideró que era perfectamente aceptable y normal manejar a una velocidad de hasta 130 km/h, ¡cuando el límite era de 112 km/h!
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¿Te ha pasado que, entre mayor estabilidad y mejores sistemas de seguridad del auto, no sientes la velocidad alta? ¿O el hecho de saber que tu auto cuenta con un equipamiento muy completo en seguridad, de alguna manera te sientes más protegido? ¿Cuántas veces has visto que las personas que conducen autos deportivos lo hacen más rápido o de forma más precipitada? Todo esto tiene una explicación a nivel cerebral, y es importante conocerlo para no exponerte a conductas de riesgo en tu forma de conducir.
¿Por qué conducimos más rápido en un auto más seguro? Este tema se ha puesto sobre la mesa con la creciente tecnología automotriz. La industria se ha percatado que, entre más “autónomo” o “automatizado” es el auto, los conductores se distraen más.
¿Por qué pasa esto? Nuestro cerebro activa un sistema de alarma cuando detecta una posible amenaza. Este sistema es el miedo. El miedo realmente es una respuesta de supervivencia, que nos permite prepararnos para cualquier eventualidad. Cuando se activa, nuestro cuerpo sufre cambios, no sólo a nivel fisiológico, sino también nuestros pensamientos y nuestro comportamiento enfocan su atención hacia ello.
La amígdala, como parte de nuestro sistema límbico, o cerebro emocional, es la que detecta las señales de peligro.Por lo que, cuando uno se sube a un auto, la amígdala se enciende para estar en un estado de alerta, aunque no estemos conscientes de ello. Muchas otras regiones del cerebro entran en juego para procesar la información. Sin embargo, si el cerebro detecta “seguridad”, los sistemas de alerta se reducen.
Por decirlo de otra manera, los dos sistemas son antagónicos y se inhiben mutuamente. Por ejemplo, la corteza prefrontal (la que prevé las consecuencias de nuestros actos y nos hace tomar mejores decisiones) inhibe al cerebro emocional. Cuando manejamos, la corteza prefrontal nos hace ser más responsables. Sin embargo, si nos sentimos seguros dentro del auto, podrías interpretar “menos amenazante” ciertas conductas al momento de conducir.
¿Por ejemplo? Si sabes que los frenos responden muy bien, podrías estar aumentando la velocidad y guardando menos tus distancias. El darte cuenta que el auto responde como quieres, es más probable que conduzcas llevándolo al límite. Sin embargo, por más seguro que te sientas, es indispensable identificar perfectamente tus límites como conductor. Lo sientas o no, lo consideres amenazante o no, 120 o 150 km/h siguen siendo velocidades de riesgo. Es decir, en caso de accidente, el peligro de terminar severamente lesionado o perder la vida es considerable.
Y tú, ¿qué tan seguro te sientes cuando conduces un auto muy bueno o que no es tuyo?
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