Nissan GT-R, el legendario vehículo súper deportivo de la marca, es conocido por su perfección en cada punto de su manufactura. Éste involucra un alto grado de destreza manual que se alcanza con la...
Nissan GT-R, el legendario vehículo súper deportivo de la marca, es conocido por su perfección en cada punto de su manufactura. Éste involucra un alto grado de destreza manual que se alcanza con la máxima precisión, ya que cada una de sus piezas se construye y termina de forma meticulosa.
El motor de cada Nissan GT-R es ensamblado a mano por un maestro artesano Takumi, término japonés que se refiere a un ingeniero que ha perfeccionado sus habilidades mediante un esfuerzo y dedicación constantes a lo largo de los años.
Sin embargo, el ensamble del corazón que impulsa un Nissan GT-R no es el único proceso que involucra el trabajo artesanal de un maestro Takumi: el pulido del vehículo también requiere de esta labor fundamental. En este segundo proceso se realizan una inspección, revisión y posteriormente pulido de la capa superior del vehículo hasta que ésta quede perfecta.
El primer paso detrás de los procesos de pulido y pintura de un Nissan GT-R consiste en limar las asperezas de la superficie. Posteriormente se realiza el pulido y luego el terminado final para extraer todo el brillo posible de los materiales que componen la carrocería. Su carrocería está hecha de una aleación de acero, carbono y aluminio fundidos a presión, los cuales le otorgan una máxima resistencia. En este sentido, es fundamental que la superficie del Nissan GT-R no presente ninguna imperfección, algo que se obtiene gracias a la obra del artesano Takumi encargado del pulido. El trabajo del maestro Takumi también logra que los colores del Nissan GT-R y su brillo le otorguen esa apariencia impactante que lo caracteriza.