Por eso el mundo de las motos es tan variado y tiene una unidad para cada gusto pero en centrándonos en las deportivas la cosa es complicada ya que la postura es algo cansada y rara, claro al final a todo nos podemos acostumbrar, logrando que pueda usarse como vehículo gracias a sus reducidas dimensiones y que a diferencia de una 1000 cc ésta no se calienta tanto en el transito lento.
En el mundo de las motos deportivas siguen siendo referencia las japonesas en primer lugar porque fueron las primeras en llegar de manera seria y relativamente baratas, en la evolución que han tenido durante años el diseño ha sido también siempre atrevido y llamativo, sólo basta con ver el trabajo de carenado aerodinámico que ofrece la R6 con deflectores frontales/laterales que sirven paras dar mejor flujo del aire a velocidad y claro la refrigeración de la misma. Un punto a favor de la unidad de Yamaha es que se distingue de su hermana mayor la R1 no como otras marcas que la 600cc es la versión mini.
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Y bueno ya basta de datos aburridos ¿no? y mejor pasamos a nuestra experiencia de manejo l cual nos dejó traer la R6 durante dos semanas en ciudad, carretera y un poco de pista. De entrada fue raro el encontrar la posición de manejo y esto más por la costumbre de manejar motos más cómodas por así decirlo, el manejo relajado causa que los brazos vayan estirados hacia abajo mientras que la espalda se encuentra encorvada, las piernas muy juntas y claro esa tapa de tanque de combustible demasiado cerca de las partes blandas que nos hace ser suaves con el freno delantero.
Las primeras cuadras fueron además para poder sentir el corte del clutch, aceleración y claro frenada, fue interesante ver que la entrega de potencia tiene dos pasos primero lento y de repente se acaba el mundo, algo así como los autos turbo que tienen un periodo en lo que se inyecta y el auto ya despega, aquí la R6 tiene ese mismo efecto por lo que podremos trabajar en un rango de cambios de primera a tercera en unas 4 mil revoluciones e iremos cómodamente en la ciudad sin necesidad de correr además de que en este modo es muy dócil el acelerador.
Desde esos momentos tranquilos en ciudad una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en mi, ya que al acelerar y pasar las 8 mil revoluciones el sonido de la R6 se hacía cada vez más agudo e invitaba más.
Por fin llegó el día de carretera donde pondría a prueba la comodidad y ese viejo mito que dice que una moto deportiva no es para viajar mucho, eso no es verdad y depende de qué tanto te acostumbres. Al tomar una velocidad de crucero en la carretera la configuración de la moto obligan a tomar la postura deportiva es decir, echar la cadera hacia atrás, cerrar las piernas hacia el motor, bajar los codos y cabeza para poder “cortar” el aire, de esa forma la turbulencia prácticamente desaparece al igual que el ruido siendo cómoda.
Ya en pista el manejo deportivo se hizo presente y por fin pudimos llegar hasta el corte de las revoluciones de la R6 que es nada más y nada menos que en las 18 mil RPM, y aquí es donde la R6 hace música, tanto para el piloto como para los que le rodean, aunque existe un punto a señalar que es que la moto debe mantenerse arriba de las 8 mil vueltas para poder recuperarse rápido al salir de curva, por eso les decía que en la parte baja de las revoluciones puede ser muy dócil y citadina pero arriba es de cuidado.
La estabilidad en el paso de curva es algo nervioso debido al bajo peso y suspensión puesta para el confort (aunque puede endurecerse) pero eso que les comento se traduce en mayor información para el piloto, es decir podemos sentir mejor la moto en cada vuelta al igual que los derrapes que podemos aprovechar para tomar las curvas.
Los datos de los coches siempre hablan de aceleración y el 0 a 100 km/hr, pero a menos que sea un deportivo pura sangre pocas veces se puede sentir un empuje tan contundente, en el caso de la R6 que es la “chiquita” la aceleración es más rápida que nuestra respiración algo que solo lo puedes sentir al subirte en una moto.
Yamaha R6 es una moto muy personal ya que si bien puede llevar dos personas esto penaliza mucho la aceleración y respuesta ya que al final es un motor pequeño. Pero puede ser una buena idea para el uso diario, salir a carretera o meterla a pista, es versátil, es sencilla de manejar y aunque la suspensión es dura para la ciudad es algo a lo que también pude acostumbrarme y ayudó a mejorar mis reflejos para estar esquivando los baches de esta gran pista de pruebas extrema que es la Ciudad de México.
El costo de la unidad probada es de $ 174,900 pesos.
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