No obstante, esa pasión no es exclusiva del equipo que trabaja en las pistas: en la base hay más de 400 personas celebrando de la misma manera. Si bien la gran mayoría de las personas que trabajan en la operación de la Fórmula Uno raramente – o nunca – tienen la oportunidad de estar debajo del pódium y ser bañados por la champagne que cae de la botella de su conductor, esto no significa que carezcan de dedicación o de compromiso con el deporte.
En uno de los episodios podemos escuchar a David Boys, quien se encarga de la producción de los vehículos de carrera en la fábrica. En otros se explora todo el espectro: desde la laminación de compuestos hasta la demandante función del jefe de diseño, pasando por las personas que se encargan de mantener las instalaciones funcionando a la perfección.
La pasión por la competencia y el amor por lo que hacen es el elemento común en cada uno de estos casos.
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