¿Te acuerdas del Porsche Carrera GT?

La marca alemana nos ha deleitado por décadas con vehículos totalmente vanguardistas. El Porsche Carrera GT es el perfecto ejemplo de ello porque cuando se reveló al mundo en el 2004 fue alabado por su tecnología avanzada además de su desempeño. 

Sin embargo, ahora mismo el Carrera GT es uno de los coches más buscados en el planeta. No tiene que ver necesariamente por su limitada serie de producción a solo 1,270 unidades para todo el mundo. Pero sí tiene que ver con una razón bastante más romántica.

Historia del súper coche de Porsche

El Porsche Carrera GT le costó a la marca más de 20 años de deliberación para poder presentarse en Paris ante el mundo en el 2000. En 1998, Porsche había originalmente asignado este diseño como un prototipo para la F1, con la idea de proporcionar un estilo propio para la carrera. 

Sin embargo, más adelante optó cambiarse el diseño enfocado a la Carrera de Le Mans, donde la aceleración es importante pero también una confiabilidad máxima para aguantar esas 24 horas consecutivas. 

Ficha técnica Porsche Carrera GT

• Años de fabricación: 2003-2007
• Motor: V10 naturalmente aspirado de 5.7 litros
• Potencia: 600 HP
• Aceleración 0-100: 3.9 segundos
• Velocidad máxima: 330 kilómetros por hora
• Transmisión manual de 6 velocidades

Porsche mantuvo al Carrera GT como concepto al introducirlo en el año 2000 en el Auto Show de Paris, principalmente como un recurso para llamar la atención. Pero fue gracias al interés tan intenso por parte de los asistentes así como las ganancias producidas por la Cayenne que la marca se lanzó a construirlo. 

Porsche iniciaría la producción en el año 2004 con la idea original de producir 1,500 vehículos. Sin embargo, por cuestiones de regulación, particularmente en los Estados Unidos, se tuvo que reducir el número a alrededor 1,270 ejemplares.

Un paquete muy completo

Dentro del paquete de Porsche Carrera GT por 440,000 dólares recibías la opción de cinco colores de base: rojo, amarillo, negro, plata metálica y gris. Sin embargo, colores personalizables fueron añadidos más tarde como un azul obscuro. 

Otra cuestión importante a destacar fue su techo removible estilo targa. Se trataba de una sola pieza que retirabas de forma manual. El techo se colocaba fácilmente en la cajuela de la parte delantera. Naturalmente, al ser un Porsche el motor iba atrás. 

Al interior, contaba con asientos de piel, un sistema de audio Bose y un sistema de navegación como estándar. Haciendo honor a la carrera Le Mans y como todos los Porsche desde entonces, la ignición se encuentra del lado izquierdo del volante. 

Finalmente, una de las cuestiones a destacar es la tecnología del coche. Incluía un monocasco y bastidor auxiliar hechos en fibra de carbono puro. Además, su spoiler trasero se levantaba automáticamente en velocidades mayores a 113 kilómetros por hora. Esto era tecnología nunca antes vista. 

¿Cómo le fue al Porsche Carrera GT?

Te sorprenderá saber que el Porsche Carrera GT en su momento no fue un súper coche tan deseado ni por entusiastas ni coleccionistas. Aunque las 1,270 unidades se vendieron había coches más rápidos en camino y mucha gente mencionaba la similitud estética que compartía con que con su hermano el 911. 

Esto resulto que pocos años después de su lanzamiento, los precios bajaran a pesar de su producción súper limitada. Parecía que el interés no estaba ahí por parte de los entusiastas. 

Sin embargo, gracias a la era de la tecnología, la apreciación ha cambiado por completo. En un mundo repleto de motores eléctricos y transmisiones automáticas para máxima performance, el entusiasta purista que goza de cambios estándar sufre actualmente para encontrar experiencias de manejo tradicionales. 

Es por esto que este vehículo es tan admirado y deseado actualmente. Los precios en el mercado han superado el millón de dólares y todo por esa caja de transmisión manual y un manejo completamente libre de tecnologías de asistencia al conductor. Los entusiastas lo aman porque simplemente les recuerda a una etapa donde solamente se pensaba en el placer de conducir. 

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