La obsesión de Nissan por convertirse en un competidor serio en el deporte motor tendría un claro protagonista. El Nissan R390 fue un coche específicamente diseñado para participar en una de las carreras más exigentes en el planeta: las 24 Horas de Le Mans. Construido bajo extremo secreto, el resultado de este proyecto experimental fue el carro más veloz jamás producido en la historia de la marca nipona.
Nissan R390 empezó oficialmente como proyecto en 1995. La división deportiva de Nissan “Nismo” (Nissan Motorsport) había tenido ya relativos buenos resultados en las competencias con su Skyline GT-R LM. El problema era que para poder participar en la categoría GT1, los fabricantes estaban obligados a utilizar vehículos que tuvieran un mínimo de unidades destinadas al mercado civil.
Esto significó que Skyline sería eventualmente superado por modelos de Mercedes-Benz y Porsche quienes creaban un modelo destinado para correr en pista de inicio y luego los homologaban hacia el público para cumplir con las reglas de la GT1. Fue así que Nismo decidió adaptar una estrategia similar para su siguiente vehículo.
La marca llamó a Tom Walkinshaw Racing (TWR) para comenzar a diseñar el primer prototipo del R390 GT1. El primer paso fue el motor. En lugar de usar el 6 cilindros en línea pesado y desbalanceado del Skyline, Nissan revivió el motor del R89C, un coche destinado al rally.
Fue este motor 3.5 litros V8 que erogaba 550 caballos de potencia el que finalmente fue adaptado a Nissan R390. Mientras tanto, el diseño mecánico y aerodinámico del coche estuvo a cargo de Tony Southgate. Inspirado en el Jaguar XJR-15, el R390 se probó inicialmente en Inglaterra pero terminó de ensamblarse en Atsugi, Japón.
El coche se finalizó en 1997, justo a tiempo para entrar a la carrera de Le Mans de ese año. De tres vehículos participantes, solamente uno de los modelos llegó a terminar la carrera terminando en 5 lugar de su clase y en doceavo lugar general. Esto no fue suficiente para Nissan.
Por ello, con ligeros cambios mecánicos la marca japonesa regresaría en 1998 pero ahora con 4 coches en lugar de 3. Y por fin, consiguió el podio con un tercer lugar en Le Mans. La otra gran noticia es que todos los coches lograron terminar la carrera en quinto, sexto y décimo lugar respectivamente; siendo superados solamente por el Porsche 911 GT1.
Para cumplir con las reglas de GT1, solamente un modelo de Nissan R390 fue destinado para las calles. A pesar de que su intención nunca fue ponerlo a la venta, la marca ofreció construir versiones adicionales a un millón de dólares por unidad. El único ejemplar permanece seguro en la bodega de Nismo en Atsugi.
Este vehículo porta el mismo 3.5 litros V8 turbocargado del modelo original. Con la misma potencia de 550 caballos y un torque de 470 libras pie, todo está acoplado a una transmisión manual de 6 velocidades. Nissan garantiza que cuenta con una velocidad tope brutal de 354 kilómetros por hora. No obstante, nadie ha podido corroborarlo oficialmente. De igual manera, no tengan ninguna duda que se trata del modelo más espectacular en la historia de Nissan.
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