La locura del fabricante autor de los coches de producción más veloces del mundo como Veyron y Chiron empieza desde muchos años atrás. El Bugatti EB 110 representa no solamente una ambición brutal para los estándares automotrices de la época. Además, fue un intento fallido para salvar a una compañía al borde de la ruina total.
En este #ViernesVintage recopilaremos un poco la historia escabrosa de Bugatti así como el aire fresco que otorgó el EB 110… antes de que todo fracasara una vez más. Sin duda alguna, a pesar del resultado, este coche sigue siendo uno de los pilares para la creación de los monstruos e hípercoches de hoy en día.
Mucho antes del Bugatti EB 110, la compañía ya venía construyendo vehículos extravagantes. Primero que nada, que no los engañe el nombre. Aunque el nombre Bugatti suena más italiano que el spaghetti, la firma en realidad tiene sus orígenes en Francia con sus cuarteles generales ubicados en Alsacia. Su fundador Ettore Bugatti, nacido en Italia pero naturalizado francés fue quien le dio vida a esta compañía.
Sus coches siempre fueron conocidos tanto por su velocidad como su belleza indiscutible. Desgraciadamente para la compañía, entró en una crisis financiera notable a finales de los años 40 coincidiendo con las desafortunadas muertes Ettore y su hijo Jean Bugatti. Sin liderazgo ni rumbo fijo, la firma francesa revelaría su último modelo en los años 50 antes de quebrar de forma definitiva.
Décadas pasarían para volver a ver a Bugatti en el mundo automotriz. Esto fue gracias a la adquisición de la compañía en 1987 por Romano Artioli. La firma se conocería ahora como Bugatti Automobili S.p.A. basada en Modena y necesitaba urgentemente de un coche sin igual. Algo que pudiese competir contra las firmas deportivas más grandes del mundo.
La respuesta de la compañía francesa ante la locura de los 90 con los súpercoches fue el Bugatti EB 110. Desde la adquisición italiana de la compañía, múltiples diseñadores nacionales comenzaron a trabajar en un modelo contemplado para impresionar al mundo entero. Diseñadores como Paolo Martin, Giorgetto Giugiaro, Nuccio Bertone y Marcello Gandini; todos ofrecieron propuestas para la carrocería.
Sin embargo, el presidente Romano Artioli no estaba impresionado con ninguna de las propuestas. Los diseños principalmente angulares con una caída de la trompa del vehículo al frente le parecían demasiado común y esperado al magnate. El diseño final sería reemplazado con un frente con ductos de aire gigantescos, dos faros fijos en lugar de luces ocultas y puertas de tipo tijera.
Nicola Materazzi sería el nuevo ingeniero a cargo del proyecto, que contaba con mucha experiencia trabajando con Lancia, Ferrari y Cagiva. Un nuevo chasis de fibra de vidrio hecho por Aerospatiale se adaptó a la carrocería para darle la firmeza y ligereza que necesitaba.
Entre las múltiples tecnologías de innovación que traía este coche estaban su chasis monocasco, su sistema activo de aerodinámica y su tracción a las 4 ruedas para mejor manejo. Múltiples homenajes a la historia de diseños Bugatti se colocaron en todo el cuerpo. Finalmente, sería bautizado el EB 110 en conmemoración de Ettore Bugatti y lo que entonces sería su cumpleaños 110.
El EB 110 en su versión GT sería revelado el 15 de septiembre de 1991 tanto en Versalles como en Paris exactamente durante los 110 años del nacimiento de Ettore Bugatti. Junto con la versión GT saldría también EB 110 Super Sport con una carrocería 150 kilogramos más ligera y con una mayor potencia.
El motor de 60 válvulas con cuatro turbocargadores era absolutamente impensable para la época. Incluso al día de hoy se puede considerar una locura. Sin embargo, la meta a cumplir se logró haciendo que el EB 110 llegara a una cifra de 0-100 en aproximadamente 3.6 segundos.
A inicios de 1994, Michael Schumacher compró un ejemplar en amarillo del EB 110 Super Sport dándole bastante publicidad a la compañía. La visibilidad creció todavía más cuando chocó el coche poco después de adquirirlo. Aunque Schumacher culpó a los frenos del coche, no vendería el automóvil en ningún momento y el coche seguiría siendo visible en la década de los 90.
El Bugatti EB 110 fue la fascinación en la década de los 90. El coche cumplía con todos los requisitos para plasmar un legado inquebrantable del Bugatti de antaño. Con recordatorios a tiempos clásicos en su diseño pero tecnología súper avanzada para la época y con buena publicidad, parecía que el resultado sólo podía ser positivo.
Tristemente, la realidad se tragó al sueño de un bocado. Tan solo 4 años después del lanzamiento de su primer coche, Bugatti volvió a entrar en problemáticas financieros. Se atribuye esto principalmente a la decisión apresurada de Artioli de comprar Lotus además de la inclusión de un modelo sedán EB 112 al catálogo de la marca.
Las deudas se comieron a la compañía y Bugatti terminaría en quiebra total por segunda vez en su historia. Solamente 139 modelos del EB 110 fueron producidos y Dauer Racing de Nuremberg compró el resto de los coches semi terminados así como las partes automotrices.
Afortunadamente, volveríamos a ver el regreso de Bugatti con la compra en 1998 por parte de Grupo Volkswagen. Sin embargo, el Bugatti EB 110 permanece como el único vehículo de la etapa 100% italiana de la firma francesa. Un coche extraordinario que marcó una etapa de locura por la velocidad y ambición quizá contraproducente.
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