Sin este coche, BMW sería una compañía muy diferente.
Hay muy pocas instancias donde un solo vehículo es responsable de cambiar totalmente el rumbo de una marca. La BMW X5 es un ejemplo perfecto de este fenómeno porque desde su lanzamiento en 1999, transformó por completo la identidad del fabricante alemán. Quizá al punto de decir que si este coche nunca hubiera salido de la fábrica, BMW sería una compañía muy diferente ahora.
BMW X5 nació en 1999, una etapa donde la marca dominaba el mercado de los sedanes de lujo. A pesar de gozar de una posición privilegiada en su segmento, el fabricante alemán comenzaba a notar el ascenso del “Sport Utility Vehicle” o SUV en el mercado.
Naturalmente, para muchas personas la idea de que BMW fabricara una camioneta era absolutamente impensable. Sin embargo, las metas de BMW estaban claras. Con la compra en de Land Rover por parte del grupo en 1994 así como el deseo de aumentar sus ventas en territorio norteamericano, comenzaron las discusiones para brindar un SUV a la gama.
La primera generación bautizada E53 debutó antes del inicio del nuevo milenio. Utilizando como base la Range Rover L322 en conjunto con los sistemas electrónicos y motor del Serie 5 E39, BMW se aventuró a crear uno de los SUV’s más avanzados del planeta.
SAV fue el término que utilizó BMW X5 para distinguirse de su competencia, partiendo con la idea de que este vehículo era muy avanzado para su época. Una de las maneras fue mediante su distintivo diseño. Ancho, robusto y alto, lograba exhibir las clásicas líneas de diseño de un BMW de la época pero sin perder presencia. Este diseño tardó 53 meses en producirse en conjunto con el grupo Designworks en California para apelar al mercado de Estados Unidos.
No obstante, la tecnología y sus capacidades fueron el verdadero atractivo. El coche utilizaba tecnología directamente heredada de Land Rover. Esto incluía el sistema de descenso en pendientes, una construcción monocasco y tracción a las 4 ruedas.
Otras tecnologías adaptadas fueron un sistema de navegación, teléfono interno y conectividad Bluetooth. Todos estos dispositivos eran una novedad no solo para la marca sino para la industria automotriz.
Para BMW X5 las dos principales facetas a destacar eran su propulsión así como el interior. Podíamos encontrar adentro del coche el sistema Business Cassette que incluía controles para manejar el radio con CD con una pantalla LCD retráctil. Contaba además con un sistema de audio Hi-Fi así como un botón SOS para emergencias.
X5 se produjo a la par de BMW Z4, X6 y X3 tanto en la planta de Carolina del Sur en Greer como en Toluca en México. La generación E53 que duraría hasta el 22 de septiembre de 2007 por lo tanto tuvo múltiples ofertas de motor a lo largo de su existencia.
Hubo 4 motores de gasolina en la oferta inicial. El primero era un 6 cilindros en línea de 3.0 litros que erogaba 228 caballos de potencia. El resto de la gama era un V8 que iniciaba en 4.4 litros (282 HP y 315 HP) hasta un 4.6 (342 HP) y un 4.8 (360 HP) como el tope de gama. Entre 2001 y 2003, a la par de su primer y único facelift, se introdujo una variante de 6 cilindros 3.0 litros diesel de 181 HP para mejor economía de combustible.
Sin embargo, el éxito de la X5 a nivel global y sobre todo en el continente americano marcó un antes y un después a la marca. Gracias a esta exitosa irrupción al segmento SUV, el fabricante teutón se ha convertido en un referente; no solo en los sedanes sino también con sus camionetas.
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