Hace ocho días fui invitado por General Motors de México a correr la carrera Huellas que ayuda a las acciones de cáncer de mamá en este país, una causa que permite a mamás, jefas de familia, mujeres en desarrollo, etcétera permanecer y ser sobrevivientes con la detección temprana de su enfermedad.
El miércoles en una comida Ford entregó reconocimientos a las universidades que participaron este año en “Ford Driving Skills For Life”, que busca sensibilizar y concientizar a jóvenes en todo el país para difundir el buen manejo y llegar entre todos a cero accidentes en jóvenes en las décadas por venir, más de 6,000 ya son embajadores de este programa.
Para el jueves en la noche estaba viendo la película “Lo que de verdad importa” que se convierte en la primera película cuyos ingresos serán donados –en su totalidad– a causas tan importantes como la que persigue la “Casa de la Amistad” con los niños con cáncer y la fundación Cinépolis “Del amor nace la vista” que en realidad cambia la vida de personas de escasos recursos, que ahora les faltará mucho pero no la vista. En estas acciones KIA Motors de México está comprometida totalmente y algunas otras de ayuda a distintos sectores de la sociedad como los niños de bajos recursos.
Uno de los eventos más imponentes al que he ido este año curiosamente no fue ninguna prueba de vehículo o presentación de producto, sino el aniversario de la fundación Ford que junto con sus distribuidores han llegado a 50 años de sus escuelas, seis millones de niños han pasado por esas aulas y ahora son hombres de bien, y siguen siendo líderes en la cooperación de la educación en este país.
Así, cada una de las empresas automotrices, toman una bandera y apoyan a la sociedad, el motor de sus acciones va más allá de obras sociales en específico, qué tal la lucha por la equidad de género, por la mejora en condiciones de vivienda o salud de sus asociados, la preocupación por cuestiones como usar aguas recicladas y mandarlas fuera de la planta más limpias de como entraron, o preservar especies en peligro de extinción, etcétera, es una cultura de como digo, sanación, enriquecimiento personal, convertir al humano en ser humano y así sentirse comunidad. Es por eso que cuando hablamos de una industria automotriz fuerte también hablamos de una sociedad que se ayuda a cuidar heridas y resolver varios temas con una columna mucho más fuerte, con un compromiso en cada comunidad donde hay un distribuidor, una planta de ensamble o una causa social que atender.
Sin duda, es un gran gusto participar de una industria que es líder y que a veces habla de sus acciones para crear un eco que genere a la acción de la sociedad en su conjunto y a veces lo hace privado con toda la fuerza de la acción positiva para mejorar el entorno.
Vea “Lo que de verdad importa”, quédese hasta el final, escuche el mensaje del director, sensibilice a su familia del poder de la sanación de la sociedad por la misma sociedad de principales problemas, nadie ganará dinero, pero sí muchos niños tendrán asistencia para su recuperación del cáncer y muchos volverán no solo a ver, sino a meter la luz en su alma por sus ojos sanados.
Es hora, la industria automotriz, desde que la conozco me ha invitado a esta parte de sus acciones, porque es una responsabilidad de todos y por que siempre ha estado el compromiso, hoy más que nunca de participar y generar un espiral de buenas acciones a causas organizadas, estructuradas y a crear más… Vaya al cine, me cuenta…
@MemoLiraP
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