Mazda RX-7: simplemente uno de los mejores

Mazda RX-7 es quizá uno de los automóviles más queridos y deseados en toda la historia. Fundamental en la popularización de la fiebre deportiva japonesa de los 90, mencionar este nombre a cualquier entusiasta significa nostalgia y emoción inmediata. Con nosotros no es ninguna excepción. ¿Pero qué es lo que hace a este coche tan especial? 

RX-7 comenzó su vida en 1978. Sin embargo, su historia puede rastrearse desde 1959 cuando un tipo de motor completamente diferente nació. Este biplaza de motor frontal, tracción trasera y peso ligero consolidó no solamente una nueva tecnología sino que demostró que un coche puede ser emocionante y precioso sin ser inalcanzable. 

La pasión del Doctor Wankel

El primer paso para hablar de Mazda RX-7 es mencionar su icónico motor. Inventado por el doctor Felix Wankel en 1959, el RX-7 esta configuración destacó por ser de tipo rotatoria. Diseñado para ser una alternativa del motor de pistón, los beneficios más importantes eran un peso reducido al contar con menos partes y un costo más barato. Además, gracias a su construcción, el motor revoluciona más alto y entrega una mayor potencia. 

Mazda adquirió los derechos del motor a finales de los 50 y presentó su primer coche con esta configuración en 1967: el Mazda Cosmo. El RX-3 Savanna sería el siguiente en adaptarlo, carro que fue muy popular por tener una sensación deportiva de manejo a pesar de no contar con ninguna prestación enfocada a este propósito. La recepción tan positiva del motor Wankel eventualmente llevó a Mazda a lanzarse a desarrollar un coche propiamente deportivo. 

Mazda RX-3 Savanna

Mazda RX-7 FB, el primer integrante

El Mazda RX-7 debutaría en el mercado en marzo de 1978, reemplazando al Savanna RX-3. La marca tomó inspiración en Lotus para su desarrollo estético, con faros de tipo pop-up, silueta aerodinámica y rines deportivos. Además de su motor de nueva tecnología, las ventajas adicionales del RX-7 era su peso de no más de 1,130 kilogramos, un centro bajo de gravedad y una distribución de pesos casi perfecta. 

El carro no tenía la tecnología de construcción o electrónica esperada de un deportivo de la época. Mazda compensó todo esto gracias a que por diseño su motor rendía mejor con las revoluciones al máximo. Tanto así que Mazda propiamente recomendaba a los clientes llevarlo al máximo para evitar la acumulación de depósitos de carbono. 

Mazda RX-7 (1978)

Suspensión de tipo McPherson, frenos de disco adelante y de tambor atrás; y una distancia entre ejes pequeña fueron algunas de las decisiones que se tomaron para mantenerlo simple. El motor 1.1 litros del FB tipo Wankel iniciaba en 101 caballos de potencia. Sin embargo, la marca eventualmente adaptaría una configuración turbo que incrementaba la cifra a 160 HP. Con un peso tan ligero, esto significó que este modelo volaba. 

Al interior Mazda fue mejorando gradualmente su equipamiento. Se adaptaron insertos en piel café, un techo removible, estéreo de antena con seis bocinas, espejos eléctricos, una transmisión automática de 4 velocidades e incluso aire acondicionado. A nadie le sorprendió que en muy poco tiempo se convirtió en uno de los deportivos de referencia en el mercado por sus múltiples beneficios. 

Interior del modelo FB

ABFC, la segunda versión de RX-7

Mazda RX-7 trajo su segunda generación apodada ABFC en 1985. Mientras que el coche original en estética se basó en Lotus, Mazda en esta ocasión volteó a ver a Porsche con sus modelos 944 y el 924. Preservando su silueta aerodinámica y faros ocultos, este nuevo diseño fue también todo un éxito. 

Para esta ocasión, el manejo había sido mejorado notablemente con la adaptación de una dirección de cremallera y piñón. Además, se montó una suspensión trasera independiente así como la inclusión de manera estándar frenos de disco en las cuatro ruedas. Más tecnologías adaptadas incluyeron un sistema de suspensión dinámica y un sistema de autoajuste electrónico. 

Mazda RX-7 (1985)

La oferta de motor se limitaría a solamente dos opciones. La primera era un motor Wankel de 6 cilindros mientras que la segunda era idéntica pero con un turbocargador adaptado. Las cifras producidas del naturalmente aspirado y el turbo eran de 146 y 189 caballos de potencia respectivamente. 

Las mejoras en manejo, equipamiento y potencia hicieron de esta versión un best-seller. La emoción fue tal que el coche se exportó a Estados Unidos en 1988 con el actor James Garner promocionándolo. El coche obtendría una versión convertible con el motor naturalmente aspirado y adquiriría un estatus de culto. Esto solo se hizo mayor cuando el coche obtuvo el primer y segundo lugar en las 24 Horas de Daytona. 

El mejor de todos: Mazda RX-7 FD

La tercera y última generación es la que todos los entusiastas pensamos cuando alguien menciona el nombre Mazda RX-7. Categorizado como uno de los mejores coches de todos los tiempos, esta configuración salió a la venta en 1992. Parte de su estatus de culto es que su diseño es absolutamente precioso. Esta vez, los diseñadores Tom Matano, Yoichi Sato y Wu-Huang Chin no partieron de ningún coche existente. Se trata de un diseño totalmente original. 

Además de su flamante belleza, esta iteración trajo el 13B-REW, el primer motor twin-turbo secuencial producido en masa en la historia. Con una cifra de 252 caballos de potencia acoplado a una caja manual de 5 velocidades o una automática opcional de 4, el vehículo superó todas las expectativas. El resultado de estos esfuerzos resultó en una velocidad máxima de 268 kilómetros por hora y un 0-100 en 5.9 segundos.

Mazda RX-7 de 1992

La fiebre del coche fue tan grande que Mazda lanzó varias ediciones especiales de esta generación. La versión más poderosa que llegó a producirse se llamó RS estaba equipada con suspensión Bilstein, neumáticos de 17 pulgadas, un mofle menos restrictivo, sistema ABS y frenos modernizados. Es decir, tal como su hermano menor el MX-5, simplemente uno de los mejores coches en cuanto a manejo en la historia. 

No obstante, la innovación detrás del motor Wankel tuvo sus consecuencias. Esta configuración tenía una tendencia a romperse con facilidad además de tener una mala economía de combustible. Debido al nuevo énfasis de motores más amigables con el medio ambiente de la industria automotriz, esto llevó a Mazda a cancelar su producción en 2002. 

Interior RX-7 del año 2000

La leyenda del Mazda RX-7 sin embargo aún vive. 811,634 ejemplares fueron producidos en total durante la historia y al día de hoy es uno de los vehículos más demandados a nivel mundial. No tengo duda de que algún día volveremos a ver a este precioso modelo de vuelta en el catálogo de la marca. Solo espero que cuando suceda, sea un digno sucesor que nos inspire de la misma forma que el modelo original. 

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Alberto Gutiérrez

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