La respuesta es: “sí hay vehículos nuevos”, pero hay grandes probabilidades, las más altas en la historia, de que el vehículo que usted quiera no esté disponible en el piso de la distribuidora. Eso no quiere decir que no exista o vaya a llegar.
Este fin de semana me presenté en una distribuidora a vender un auto seminuevo para comprar uno nuevo, y la experiencia fue la esperada en gran parte de la experiencia, un valor por mi seminuevo bastante alto, quizás más alto que la media del mercado y el nuevo a escoger, el que quería, con una espera estimada de entre cuatro a seis semanas con una clara afirmación que no habría ningún compromiso en fecha de entrega, pues todo son “estimaciones”.
Hice lo que todo cliente: “¿Y esa que tiene ahí, no es el color que queremos, pero puede funcionar?” –quería una miniván-. La respuesta fue clara: ya está vendida. Entonces divisé el gran piso de ventas de la distribuidora y le dije, entonces si quiero pagarle uno y llevármelo ahora cuál tiene disponible. Respuesta con una amable sonrisa: “Todos los que tenemos aquí ya tienen dueño”.
En realidad, lo que estaba escuchando es que la camioneta que estaba viendo, que me subí le moví todo y me la explicaron era de un cliente que ya estaba en una fila de espera, la misma donde me van a meter a mi y supongo, como llega muy poco producto y para que ellos la enseñen antes de entregármela, la iban a poner en piso de ventas para mostrarla a otros clientes que entren en la misma fila.
La conclusión es, reitero, “sí hay vehículos”, que las plantas del mundo no están paradas –sería un costo impagable– que la producción está en espera de piezas en algunos casos, sí, pero las soluciones se han empezado a implementar hace ya varios meses y que la espera de seis semanas iba a servir para que se entregaran muchos vehículos nuevos, hasta que me tocara a mi. Hace unos meses fui a Estados Unidos y el servicio de aplicación de transporte que usé traía la misma camioneta que yo fui a comprar el fin de semana, su espera también fue de unas seis semanas, dijo el conductor.
Otro factor es que la logística, los transportes donde se van los vehículos de sus plantas de producción hasta cualquier lugar del mundo a una distribuidora en una madrina, toda esa cadena también está sufriendo por la pandemia que ha contagiado a muchos de sus controladores, conductores, operadores en todo el mundo, por lo que también hay menos espacio para transportar bienes en este momento, sin contarle que los hechos en otras partes del mundo vienen en barco de semanas y semanas de viaje.
Como a mi me pasó, a la gran mayoría que se le vencen plazos de arrendamiento y crédito en diciembre y en enero –mejores meses de venta–, pues históricamente así los venimos renovando, ahora necesitamos renovar o morir en el intento por tener un vehículo nuevo. Lo mejor que le puedo aconsejar es negociar el precio de su seminuevo y dejarlo acordado por escrito, primera negociación. Segunda, llegar a su plazo de crédito o financiamiento, definirlo y mandarlo a aprobación. Tercera: negociar el que entregue su vehículo seminuevo el día que le entreguen el nuevo, la única manera de hacerse prioridad para entrega y no meses de espera pues otros sí negociaron este renglón. Cuarto: no dude en dejar depósito si se lo piden para asegurar su entrega.
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Recuerdo cuando comprar un auto era dar vueltas y vueltas a la concesionaria, el proceso del crédito, seguro, etc… todo eso nos llevaba semanas, en el mejor de los casos un par de ellas. Poco a poco la venta fue siendo más rápida, la competencia hizo reaccionar los procesos de ventas y aprobación de crédito de una manera acelerada, pero era casi improbable que usted saliera el mismo día con su auto.
Hoy suena muy razonable tenerlo en seis a ocho semanas, y más el que usted quiera, en la versión que desea, color y opciones, si cambia lo que quiere esos dos meses se convertirán en cuatro años de su financiamiento queriendo el otro y no el que realmente paga mes a mes.
Sí hay vehículos, sí hay entregas, pero la espera está desesperando a muchos y al negocio. Pero le puedo asegurar que toda la presión de presentaciones continuas de nuevos y más nuevos modelos no dejará de existir a las plantas para que terminen, manden los vehículos y el mercado no deje pasar la compra, pues no solo compra el vehículo sino el financiamiento, el seguro, paga impuestos, etcétera una economía impresionantemente grande que sirve día a día a las familias y compañías de todo el mundo.
Lado bueno de la historia, hoy en autos todo será computadoras, software, eléctricos, conectividad, todo eso usa semiconductores exponencialmente, con este problema, quedará claro que la producción de estos será prioridad y como esenciales se vuelven prioridad en los planes de negocio para que no vuelvan a faltar.
Salí con una negociación, una posible fecha, y el compromiso de una llamada hoy lunes para firmar las cantidades negociadas y posibles fechas de entrega. Otra buena, el regateo en precio ha desaparecido, lo cual beneficiará mi valor de reventa cuando mi plazo elegido a tres años termine.
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