Conoce un mini eléctrico proveniente de India.
El G-Wiz, también conocido como REVAi en su país de origen, a principios del milenio se consideraba como EL coche que llevaría la tecnología eléctrica a los consumidores europeos. Sin embargo, desde su introducción en 2001 hasta 2013, solamente vendió 4,600 vehículos. ¿Entonces qué fue lo que salió mal con este pequeño eléctrico?
El G-Wiz o REVAi fue producto de Reva Electric Car Company (ahora Mahindra Electric), una compañía en Bangalore, India. Fundada en 1994 por Chetan Maini, el objetivo siempre fue la creación de un coche 100% eléctrico compacto y de bajo precio para el consumidor promedio. De ahí su acrónimo REVA que en inglés significa “Vehículo Alternativo Eléctrico Revolucionario”.
El vehículo se presentó en el Reino Unido en el año 2001. Lo primero que se notó fue que el fabricante se tomó muy en serio la palabra “compacto”. Las dimensiones del coche en su configuración de 3 puertas hatchback son 2.6 metros de largo, 1.3 de ancho y 1.5 de alto.
El coche puede acomodar a dos adultos al frente con una capacidad máxima de carga de 270 kilos. La idea de este tamaño tan pequeño era mantener una fácil maniobrabilidad en ciudad y un costo bajo. Sin embargo, esto tuvo sus costos.
A pesar de que existía un entusiasmo notable por parte de Europa ante la tecnología eléctrica, G-Wiz era un prototipo antes que nada. Su primera generación portaba un sistema de manejo AC que otorgaba una velocidad máxima de apenas 80 kilómetros por hora. Su potencia en la mejor de las circunstancias era de apenas 17 caballos.
Por supuesto, esto limitaba muchísimo su uso práctico. Además, con un peso de alrededor de 665 kilogramos, los problemas se trasladaron a sus baterías que pesaban 270 kilos. Este sistema limitaba al conductor a dos opciones. O podías manejar a máxima velocidad el carro o reducir tu rango y potencia notablemente al encender el aire acondicionado o incluso el limpiaparabrisas.
Otro de los problemas principales en el coche fue su seguridad. Debido a malas calificaciones en las pruebas, la marca adaptó con ayuda de Lotus Engineering discos de freno al frente, un volante colapsable en caso de impacto y un chasis totalmente nuevo que sobrevivía impactos mayores a 40 kilómetros por hora. Aún así, la percepción del público era negativa.
En enero de 2009, el G-Wiz se renovó con una versión muy similar pero con una propulsión distinta. Utilizaba en esta ocasión baterías de litio para reducir su peso, aumentar la aceleración y mejorar su tiempo de carga a seis horas junto con el rango nominal a 120 kilómetros. Una solución adicional fue también adaptar un panel solar en el techo para proporcionar carga adicional a las baterías.
A pesar de venderse en 26 diferentes países a lo largo del mundo y de un precio de alrededor de 13,000 dólares, más de la mitad de sus ventas vinieron de su país de origen. El coche no logró posicionar la alternativa eléctrica como viable en la mayoría de los consumidores por su bajo poder, capacidades y seguridad.
Afortunadamente, el Mahindra e20 pasó a sustituir al G-Wiz en 2013 con mucho mejor éxito en el mercado eléctrico. Pero no hay que menospreciar a este pequeño vehículo. Porque si no hubiera sido por sus esfuerzos, la tecnología eléctrica estaría muy atrasada a lo que vemos actualmente.
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