La versión vitaminada, que más nos gusta de todo el portafolio de Mercedes-Benz es la división AMG, y en el caso del GLC nos esperamos una extraordinaria emoción para toda la familia.
La versión vitaminada, que más nos gusta de todo el portafolio de Mercedes-Benz es la división AMG, y en el caso del GLC nos esperamos una extraordinaria emoción para toda la familia.
¿Qué motor monta?
Un poderoso 4.0 litros V8 biturbo de 469 hp y 479 libras pie de torque, además la versión GLC63 S adiciona presión al turbo para llevarlo a los 503 caballos y 516 libras pie, un corazón que además suena muy bien gracias a un sistema de escape AMG Performance ajustable para modificar el sonido de acuerdo al modo de manejo. El poder está acoplado a una caja AMG Speedshift MCT de nueve cambios, que hará una entrega de potencia increíble a un sistema de tracción total que puede variar la potencia enviada al eje trasero o delantero, y también se cuenta con un diferencial trasero de deslizamiento limitado para modificar la entrega de torque.
El andar del monstruo es una belleza gracias a una suspensión neumática completamente independiente con amortiguación ajustable. Transmisión y suspensión pueden ser modificadas seleccionando cualquiera de los modos de conducción disponibles que comienzan con un confort suave, suben a Sport +, o en modo Race bajan la altura de chasis para una sujeción más impresionante al piso.
Finalmente la parrilla Panamericana tradicional cuenta con barras cromadas y el parachoques delantero luce mucho más agresivo. Rines de 19″ y 20″ están disponibles para los modelos mencionados, respectivamente. El interior luce diferentes colores de cuero y asientos deportivos firmados por AMG.