En el piso del Auto Show uno de los conceptos que más ha llamado la atención es el primer SUV, al menos el primer indicio de lo que será, un vehículo de estas capacidades...
En el piso del Auto Show uno de los conceptos que más ha llamado la atención es el primer SUV, al menos el primer indicio de lo que será, un vehículo de estas capacidades en la submarca premium de Hyundai.
Hablamos de un vehículo que posee dimensiones robustas, quizá más que un Grand Cherokee, y que además ha mostrado que va a competir en el segmento de lujo, uno jugoso dominado por vehículos de autoridad alemanes: BMW X5, Mercedes-Benz GLE o Audi Q7.
Este concepto además deja en claro la visión de diseño hacia el futuro en esta joven división de lujo surcoreana, pero también la utilización de un propulsor que podría no estar muerto del todo: celdas de combustible. Sin embargo podría lanzarse a producción con un propulsor a gasolina, el poderoso 5.0 V8 que tanto nos gusta.
En la estructura notamos rasgos robustos como era de esperarse en un concepto, con rines de 23 pulgadas, líneas de carrocería sumamente puras y minimalistas, además de una caída que nos recuerda a un F-Pace, a quien también habrá de competir por un segmento de ese mercado. La parrilla es de buen gusto, cromada para el gusto norteamericano y a juego con faros estilizados.
Finalmente en el interior se colocó una pantalla OLED inmensa: 22″ de pura experiencia curva a disposición de conductor y pasajero, mientras que asientos, tablero y consola lucen una generalidad limpia llena de piel Suede y aluminio pulido.