La semana pasada tuve oportunidad de probar gran parte de la gama de la renovada GLC, y dentro de este test internacional, pude conducir la versión tope en cuestión de deportividad. Se trata de un utilitario que está propulsado por el glorioso V8 de la marca. Un 4 litros a gasolina de 8 cilindros y un par de turbocompresores extraordinarios, los cuales aumentan la potencia hasta los 510 caballos y poco más de 516 libras pie de torque.
Con ello este bólido va de 0-100 km/hora en tan solo 3.8 segundos, esto es tan brutal como la aceleración de un AMG GT C, por ejemplo. Mientras que continuará empujando hasta alcanzar los 280 kilómetros por hora sin esfuerzo alguno. Estas cifras son tan «groseras» que pudo superar en casi 2 segundos el mejor registro en Nürburgring por parte de Alfa Romeo Stelvio (7 min 51 segundos) para firmar un 7 mil 49.36.
Estéticamente se alinea con el resto de la gama GLC, luce una parrilla más robusta, entradas de aire más prominentes y nuevo diseño de rines. En el interior destaca por la inclusión del sistema de infoentretenimiento MBUX, por el clúster digital y por la pantalla táctil central de gran talante, los interiores están desarrollados en cuero, alcántara, aluminios y fibra de carbono.
Si bien el V8 es una maravilla, la realidad es que para ir duro se requieren mucho más que hp, por lo que la firma incluyó suspensión neumática estándar, amortiguación adaptativa, tracción total 4Matic + y un diferencial trasero de deslizamiento limitado controlado electrónicamente.
En cuanto a modos de manejo tendremos el Comfort, Sport, Sport + y el Race. Este último exclusivo para la versión S. Mientras que el comportamiento de la transmisión de 9 cambios y la nota del escape también pueden ser configurables.
El increíble nivel de torque se siente al empujar al conductor o copiloto hacia el respaldo del asiento cuando se acelera. La brutalidad con la que responden los caballos es realmente de admirarse, más cuando se lleva en modo Sport +. La sujeción de los asientos es inmejorable y la suspensión es extraordinaria, si bien no lo confortable de su hermano descafeinado. La puesta a punto de la transmisión y su velocidad en las recuperaciones y gestión de cambios es intuitiva y reactiva, mientras que la dirección es sumamente directa.
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