Estamos a solo unos días del 14 de febrero y el amor se respira en el aire… por eso nos dimos a la tarea de encontrar los autos de películas románticas que nos han hecho llorar, suspirar y soñar. Seis películas que ya podemos considerar clásicas en las que el auto es un protagonista de la historia.
El famoso Herbie –o Cupido Motorizado como lo conocemos en México–, del que los estudios Disney hicieron varias secuelas, vio la luz en 1968 teniendo como protagonista al querido Volkswagen Sun Roof Sedán de 1963. El automóvil tiene consciencia de sí mismo y es capaz de conducirse por sí solo, sin precisar chofer. A pesar de que su parte frontal está mayormente compuesta por piezas metálicas fijas, Herbie es limitadamente capaz de doblarlas y cambiarlas de posición, lo que le permite tener un “rostro” muy expresivo a lo largo de la historia. Las tres franjas de colores (rojo, blanco y azul) son inconfundibles y se respetaron para su versión más moderna con Lindsay Lohan como protagonista en el año 2005.
Un verdadero clásico de las películas románticas y musicales de finales de la década de los setenta e ideal para verse el 14 de febrero. La historia se sitúa en el verano de 1959, luego de que Sandy (Olivia Newton John) y Danny (John Travolta) han pasado un romántico y maravilloso verano juntos, pero, cuando las vacaciones se acaban, sus caminos se separan. Inesperadamente, vuelven a verse en el instituto Rydell, pero la actitud de Danny ya no es la misma: ya no es el chico encantador y atento que encandiló a Sandy; ahora es engreído e insensible. Los autos que aparecen en esta cinta recrean la época y en especial el de Danny un Ford de 1948 forma parte importante del desenlace de la película. Inolvidable, ¿cierto?
Baby, una joven mujer de clase social acomodada (Jennifer Grey) se enamora del profesor de baile que trabaja en el centro turístico en el que ella, junto a su familia, está pasando sus vacaciones, Johnny Castle encarnado por Patrick Swayze. Pronto, entre ellos nace un amor prohibido que crece a medida que él le enseña a bailar. El Chevrolet Bel Air de 1957 de Johnny aparece en gran parte de las emblemáticas escenas románticas entre los protagonistas.
Otro verdadero clásico de las últimas décadas es Pretty Woman. Edward Lewis (Richard Gere) es un hombre de negocios solitario que una noche contrata los servicios de Vivian Ward (Julia Roberts), una prostituta. Cuando a la mañana siguiente Edward tiene que asistir a un evento social ineludible en Los Ángeles le propone a Vivian quedarse con él toda la semana para acudir a diversos eventos a cambio de más dinero, a ellos acuden a bordo de una limusina Cadillac Fleetwood Brouhgam, Stretched modelo 1984. La joven acepta la propuesta mientras que la convivencia los hace enamorarse sin importar sus diferencias.
Prepara las palomitas para el 14 de febrero y no dejes de ver nuevamente la multipremiada cinta escrita y dirigida por James Cameron que recrea el hundimiento del famoso transatlántico RMS Titanic ocurrido en su viaje inaugural desde Southampton, Inglaterra, a Nueva York, EE. UU. Esto ocurrió en abril de 1912 cuando se impactó con un iceberg.
En ella se relata la relación de Jack Dawson (Leonardo DiCaprio) y Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet), dos jóvenes que se conocen y se enamoran a bordo del barco. Pertenecientes a diferentes clases sociales, intentan salir adelante pese a las adversidades que los separarían de forma definitiva, entre ellas el prometido de Rose, Caledon «Cal» Hockley, un adinerado del cual ella no está enamorada, pero su madre la ha obligado a permanecer con él para garantizar un futuro económico próspero. La escena romántica emblemática de esta película se desarrolla en un Renault 35 CV de 1912, que era trasladado en el almacén de la embarcación.
La historia se desarrolla en 1940, cuando Noah Calhoun (Ryan Gosling) y Allie Nelson (Rachel McAdams), dos adolescentes de Carolina del Norte de dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable.
Separados, primero por sus padres, y más tarde por la guerra, ambos mantienen vivos en sus corazones el recuerdo del otro.
Cuando Noah regresa de la guerra, Allie está comprometida con Lon, un rico soldado que conoció mientras hacía trabajos voluntarios en un hospital militar. ¿Lo habrá dejado todo por Noah?
Décadas después aparece un hombre leyendo una vieja y descolorida libreta a una mujer a la que visita regularmente en una residencia de ancianos. Aunque sus recuerdos se han desvanecido, le fascina la emotiva historia de Allie y Noah. Después descubrimos que el Alzheimer, la hace olvidar todo. Pero el gran amor y la persistencia del anciano en leerle el diario de su vida a su pareja logra el milagro de devolverle, aunque sea a ratos, la memoria.
En esta historia acompañan a los protagonistas, entre muchos otros modelos, un Hudson Commodore de 1946 que es manejado por Allie.
¿Tú, con qué autos de películas románticas te quedas?
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