hemos propuesto una serie de tips rápidos para que usted, estimado lector, no sea víctima del impulso y compre de manera inteligente.
¿Cuántos de ustedes se lanzan al distribuidor dispuestos a estrenar sin siquiera enterarse de la calidad del vehículo, la seguridad que ofrece, si es que el modelo va a cambiar o si está mal rankeado en los índices de satisfacción del cliente. Bueno, este problema es habitual, ya que las compras de este tipo de bienes vienen del corazón, y –generalmente– el único candado que ponemos es –¿Para qué me alcanza?
El día de hoy hemos propuesto una serie de tips rápidos para que usted, estimado lector, no sea víctima del impulso y compre de manera inteligente.
«¿Para qué lo quiero?»
Va a comprar un auto, ya lo decidió, es para usted pero, ¿planea tener familia pronto? ¿Ya cotizó placas, servicio, seguro, gasolina, «TAG-Televía», refacciones? ¿En verdad le alcanza para reemplazar el vehículo anterior o dejar el transporte público? ¿Si da este paso financiero mejorará su calidad de vida? Haga cuentas y analice todos los aspectos, no queremos que termine sufriendo la compra de un bien que debería ser un triunfo personal. Es cierto que el quemacocos es espectacular, y que un convertible luce mejor, pero ¿lo va a utilizar?, ¿vale la pena el gasto adicional? Motor turbo o aspirado, caja manual o automática, ¿necesita eficiencia? Y si decidió por un deportivo pero se traslada por caminos empedrados o complicados, piénselo dos veces. Si quiere «farolear», es válido, solo recuerde que los premium cuestan: en servicio, refacciones, seguros, etcétera.
Fijo presupuesto y segmento, no me paso…
Si el auto requerido es para uso personal, habrá que cerrar a tres, máximo cinco opciones que se ajusten en el presupuesto destinado tras meterse a sus finanzas y conocer a detalle cuánto se tiene para invertir en el vehículo. Lea e infórmese sobre los contendientes a evaluar, y no se deje guiar por uno o dos comentarios, indague a profundidad y vaya a la distribuidora dispuesto a escuchar pero, no se acelere. Haga un par de ejercicios de financiamiento o contado, prueba de manejo y regrese a evaluar en casa, repita la acción con el resto de las opciones.
En caso de tener familia, escúchela, pero recuerde que su hijo pequeño privilegiará deportividad y diseño antes de seguridad y planes de financiamiento, o su señora buscará versatilidad, seguridad y espacio sin notar quizá la reputación del vehículo y costos de servicio. No cree falsas expectativas a la familia, finalmente la compra debe ser un momento agradable, pero si prueba un Mustang V8 y termina decidiéndose por un Ford Fiesta, quizá no se celebre tanto la compra.
¿Ya decidió?, espere…
Espere por el color deseado, por el modelo que solicitó. Si prometen equiparle cierta versión en la agencia con piel, quemacocos y demás amenidades, podrá no quedar satisfecho. Revise también si el modelo que comprará no está próximo a cambiar, si es así podrá negociar un mejor precio, o esperar por un vehículo de última generación. Revise la atención de la agencia visitada, si no es de su agrado, cambie, y prefiera que cuente con área de servicio.
Post-venta/post-compra
Un consejo personal, pero de gran valor. La agencia deberá hacerse cargo de lo que por garantía es su derecho a reclamar, pero por su parte, mantenga vivo el espíritu de compra, mire en su nuevo vehículo el esfuerzo que le costó conseguirlo. Consiéntalo con «baños» periódicos y algunos paquetes de estética automotriz. No lo deje caer, ya que si resta importancia al automotor, pronto se sentirá obligado a reemplazarlo y quizá no esté en posibilidades de hacerlo. Mientras más cuide su coche, mejor valor de reventa podrá tener y, seguramente, se desempeñará de mejor forma. Cuide suspensión, frenos, motor, aceite, manténgalo vivo.