La Ciudad de México vive uno de los peores bloqueos viales de los últimos años debido a un conflicto que sitúa al usuario como culpable, o al menos como el que «paga los platos rotos», y no como al que deberían de responderle el Gobierno y sus servicios, porque usted es quien paga.
Los problemas de movilidad en las grandes ciudades son varios, y si bien en MemoLira.Com fomentamos la compra de unidades a fin de contar con un parque vehicular actualizado, renovado, seguro, limpio, también estamos al pendiente del uso de un transporte público eficiente, el problema es que, en general, lejos está de los estándares mínimos de calidad que usted se merece como ciudadano y usuario.
Si bien el tema de los taxis y sus concesiones no son del todo transparentes, pues han sido utilizados como herramientas políticas para diferentes gobiernos, principalmente el que esté en funciones, propongamos el caso de un padre de familia maneja un taxi; él paga una cantidad diaria, semanal o mensual por poder trabajar como chofer, pues lejos está de ser dueño de la unidad que maneja. Es decir, paga una renta y debe responder económicamente al «dueño de las placas», mismas que se entregan tras realizar trámites enmarañados y dudosos, accesibles tan solo unos cuantos. Ahora sitúe a esta persona compitiendo por el pasaje (pan de todos los días y sustento de su familia), en una unidad modesta que –además– goza de mala reputación por parte del usuario ¿es justo?
Para el usuario sí, pues tiene derecho a reclamar un excelente servicio de transportación, tan claro como que lo está pagando, y aquí es donde entra UBER.
Una compañía que funciona a la perfección en ciudades de primer mundo, como en su natal San Francisco, pues se rige a través de la tecnología. Cuenta con sistema de localización vía satélite y además inauguró sus operaciones con vehículos de primera clase: Lincoln, Mercedes-Benz, Cadillac, etc. UBER vive de recibir un pago correspondiente por cada viaje, pero no es excesivo, como el que acostumbran reclamar los «caciques de las placas», tan es así que alcanza para que UBER crezca de manera exponencial, los choferes reciban un buen pago de acuerdo a su labor y resten recursos para el pequeño-mediano empresario que compra la unidad, le da servicio, paga la gasolina, etc, y ello con tarifas que, la mayoría de las veces, son menores que un viaje promedio en la capital. Encabezada por Travis Kalanick, CEO, quien junto con Garret Camp fundaran UBER en marzo de 2009, ofrecen al usuario las garantías y calidad que se merece, entrega recibos y cuenta con choferes capacitados para brindar un servicio de primera. Hoy UBER brinda servicios en más de 70 ciudades, dentro de las cuales ha tenido un sinnúmero de problemas por los taxistas locales.
El problema
Ante esta competencia el servicio de taxis emplacados principalmente en el D.F., han tomado la competencia de mala manera, simple y sencillamente porque no tienen herramientas para hacerlo, y si bien el ejemplo del chofer citado en el tercer párrafo podría optar por trabajar como chofer de UBER, resulta que podría ser atacado por un grupo de agremiados taxistas o dueños de placas anteriormente mencionados, incluso por intereses políticos.
Hoy las marchas afectan no solo a los usuarios de transporte público taxi, sino a quienes se transportan en los conocidos peseros, microbuses, combis, turibuses, metro y, por supuesto, a quienes poseen una unidad particular llámese automóvil, motocicleta, etc. Siendo un tema tan complejo como de apremio a su solución, pues existen casos de ataques violento a choferes UBER, que también han sucedido con «pasaje» o clientes al interior de los vehículos, por lo que se incorpora a la agenda de seguridad nacional. Asimismo, la estrategia de bloqueos por parte de los taxistas inconformes, lejos de beneficiarles, detonarán un repudio inmediato por sus servicios.
¿La solución?
Rápidamente pensamos en una solución obvia que, tendrá que ser propuesta por la Cofemer, Comisión Federal de Mejora Regulatoria, y al ser un conflicto de fondo y forma se debe legislar para adaptar a UBER como servicio de transporte (UBER se califica como servicio de viaje con chofer). A fin de contar con un control de las unidades más allá del que tiene la organización privada. Lejos estamos de que esto suceda, por supuesto, y seguramente si se adoptaran estas medidas los usuarios de UBER o taxi pagarían un poco más, pero la competitividad con reglas iguales para ambos traería beneficios al cliente: seguridad, puntualidad, practicidad. Actualmente la industria automotriz y el espectacular momentum que vive es gracias a la enorme oferta de vehículos que, además traen inversión y generan empleos en nuestro territorio. En MemoLira.Com estamos a favor de la movilidad limpia, puntual, responsable, segura y justa, y esperamos que el tema se resuelva de buena manera para usted, ya sea cliente, taxista, chofer o empresario de alguna particular.
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