¿Preferiría un Mustang Shelby GT350, o un Chevy Nova SS, por encima de un Porsche 911 de 1963, un Jaguar E-Type de 1961, un BMW M1?
Así como en nuestras propuestas de segmentos, y los «careos» que realizamos en apuestas similares por configuración, precio, potencia, etc, hoy proponemos una dualidad de estilos que son completamente diferentes, tanto lo son las carreteras de Arizona y Hollywood Boulevard, en comparación con un intrincado trazado europeo rodeado de montañas y carriles de ida y vuelta. ¿Prefieres pasear por el Museo del Louvre que subir al Empire State, o comer un plato de foie grass a una hamburguesa con queso, papas y refresco en cantidades #SuperSize ¿Quién puede decir y asegurar qué es mejor? Decididamente es un tema de culturas, nivel de educación; pero también del momento en el que se vive y aquello a lo que la mente se abre como instinto.
¡¡¡Arrancamos!!!
¿Preferiría un Mustang Shelby GT350, un Chevy Nova SS, un GTO de Pontiac o un emblemático Plymouth Barracuda por encima de un Porsche 911 de 1963, un Jaguar E-Type de 1961, un BMW M1? Sí, sé lo que está pensando ¿A quién en su sano juicio se le ocurre hacer tan terrible comparación? La respuesta es sencilla, si usted viaja a Europa podrá admirar las obras de arte, conocidas como autos, más cotizadas y bellas del planeta, digamos un: Mercedes-Benz SL 300, mejor conocido como Gullwing de la década de los años 50´s, o nombre usted algún vehículo británico perteneciente a la realeza en exhibiciones como Goodwood Festival, aparcando en las 24 Horas de Le Mans o en torno a la celebración de un Gran Premio de Fórmula 1, lo cual no resta en sentido de exclusividad, pero sí de rareza. Créame que estoy de acuerdo con usted, y un músculo americano no puede equipararse a las máquinas alemanas de vanguardia, a un diseño de Giurgetto Giugiaro pintado de color rojo, pero así como la cultura pop, de aquel lado del charco será sumamente apreciado, o ya olvidó el M1 de BMW manipulado por Warhol.
Un Ford Mustang de 1970 posaba en Ginebra Suiza, justo afuera de la central de policía, y frente a él un Bentley, presumo del año 62, ¿dígame usted cuál de ambos recibió más atención? Aquel pony car es tan popular como la Coca Cola, y aún así refresca las intenciones de los apasionados por la mecánica. Es que todo se construye con base en una leyenda, en el caso particular la del brioso y salvaje caballo mustango proveniente de España (mesteño). De cabeza pequeña, pero de raza inteligente, resistente y fuerte, Mustang («mostang» como pronunciación correcta al inglés, su idioma original) es la palabra británica adoptada para describir a este ejemplar que protagonizara historias de indios y vaqueros, luego llevadas a la pantalla grande por John Wayne, héroe de leyenda en el Viejo Continente.
Así, el raciocinio y nomenclatura europeos: D-Type, E-Type, 300 SL, M1, M3, etc, se verían enfrentados con grandes historias, nombres tan pegajosos como «Barracuda», tan desafiantes como «Challenger» y bloques que hacían cimbrar a la tierra equipados con carburadores de cuatro gargantas que se ponen a competir en línea recta y en óvalos, determinando así la afición en Norteamérica por las competencias como NASCAR y, apagando la sed de mirar a bólidos pequeños liarse entre curvas.
Así pues, la renovación de los bólidos americanos y su historia está más presente que nunca, y ahora contamos con V8´s, supercargadores, almas de aluminio y reducción de pesos simplemente para mejorar las prestaciones, pero del otro lado se continúan desarrollando los turbocargados, motores eficientes y tamaños medidos. Ponga usted a competir en un circuito a un 911 del año con motor bóxer de seis cilindros naturalmente aspirado vs un Mustang GT V8 2015, y seguramente el alemán saldrá victorioso. Ahora compare precios, estilos y los aplausos de la gente por uno u otro y la competencia podría inclinarse del otro lado de la libra. El ganador es, sin duda alguna, el cliente y la diferencia entre culturas y las distintas maneras de concebir al automóvil.