Si alguna vez pensaste que manejar cansado es algo común y cotidiano, solo hace falta ver las estadísticas de accidentes para conocer la dura realidad. Cuando vas tras el volante, tener sueño es peligroso.
Aunque la mayoría de las personas saben lo riesgoso que es conducir bajo los efectos del alcohol, no se han percatado plenamente de que manejar con sueño puede ser tan fatal como hacerlo ebrio. Al igual que las drogas y el alcohol, la somnolencia disminuye el tiempo de reacción, la conciencia, impide el juicio, merma la agudeza visual y aumenta el riesgo de un accidente al producir una conducción errática, igual e incluso peor que al estar intoxicados, como lo demuestran algunos estudios.
Los accidentes viales en México son la cuarta causa de muerte en la población. Al año fallecen alrededor de 15 mil personas, en su mayoría jóvenes. Lamentablemente manejar cansado está subestimado debido a la falta de criterios o instrumentos de medida para determinar cuándo un conductor tiene somnolencia.
1.- Que el sueño viene en olas y que los microsueños llegan sin previo aviso. El sueño es una necesidad biológica y si no le das suficientes horas de éste a tu cuerpo, tu cerebro las cobrará tarde o temprano, sin avisarte y sin importar la actividad que estés realizando y literalmente se “apagara” durante 2, 3 segundos incluso hasta 30 segundos sin que te enteres de qué ocurrió. Los investigadores llaman a esto microsueños y son más comunes de lo que uno se imagina.
2.- El sueño es una necesidad absoluta y su privación nos expone a múltiples riesgos. En la sociedad actual en la que cada día la privación de sueño es más común, no es de extrañarse que aumente la probabilidad de que alguien esté expuesto a un accidente. Nuestro reloj interno está programado para tener sueño dos veces al día, durante nuestro periodo de sueño nocturno y 12 horas más tarde, entre 2 y 4 de la tarde. Por lo tanto los accidentes de este tipo se registran con mayor frecuencia entre estas horas del día.
Así, el proceso del ciclo vigila-sueño está regulado por una red neuronal compleja del sistema reticular activador en la que intervienen diversas zonas del sistema nervioso central, a base de activaciones y de inhibiciones, cuyo resultado es la vigila o el sueño. Estas neuronas producen neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina que mantiene a algunas partes del cerebro activas durante la vigilia. Las neuronas serotoninérgicas bloquean la actividad motora y la intensidad de las aferencias sensoriales. Estas neuronas parecen «apagar» las señales que nos mantienen despiertos. Hay otro neurotransmisor llamado adenosina se acumula en la sangre mientras estamos despiertos y causa somnolencia.
Por si fuera poco, a esto se añade la fatiga, que puede ser resultado de un trabajo físico extenuante, así como actividades repetitivas tales como largas horas tras el monitor de la computadora. Una persona puede estar cansada sin tener sueño, pero las condiciones que producen fatiga también exponen al sueño subyacente. Por lo tanto, los efectos de la somnolencia y la fatiga son muy parecidos y están estrechamente relacionados. Recuerda no manejar cansado ni con sueño.
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