El sueño de papá

Objetos de deseo, boy toys, sueños que cumplir, así calificamos a los vehículos más deseados por los hombres que, en su camino por la vida, tomaron el matrimonio y se convirtieron en papás para celebrar este domingo de ayer con bombo, platillo, mariachis, etc…

No es un secreto que algunos lujos deben esperar cuando se es padre, pues la capacidad económica deberá dividirse y enfocarse en el bienestar familiar y no en los caprichos personales; un buen padre siempre optará por comprar el monovolumen y dejar el convertible biplaza en el cajón de los sueños, pero ¿qué habría dentro de él?, ¿de ese cajón?

MemoLira.Com realizó una encuesta a papás de la zona poniente de la capital, y acudió con una sola pregunta ¿Cuál era el coche que le hubiera gustado comprar, pero que no lo hizo tras perseguir el sueño de ser padre?

Corvette 1991: formó parte de la selecta clase de la cuarta generación de la leyenda, que abarcó desde 1989 – 1996. Su diseño era muy similar a la tendencia de los 90, siendo un deportivo de bella estampa y aerodinámica excepcional. Estaba animado por un motor V8 5.7 litros situado en la parte delantera, mismo que entregaba una potencia de 245 hp´s a 4000 vueltas por minuto, mientras que el torque se liberaba a 454 Nm en las 3,200 rpm, todo ello para alcanzar una velocidad máxima de 242 kilómetros por hora gracias a una caja automática de cuatro velocidades o manual de seis relaciones. Estaba producido en Estados Unidos y su peso era de apenas 1438 kilogramos, muy destacable para la época.

NISSAN 300ZX Turbo: a principios de los 90 hacía su aparición este hermosísimo automóvil nipón que, en realidad era una bestia para las calles. Animado por un 3.0 V6, producía hasta 300 caballos de potencia gracias a su turbocargador gemelo, uno para cada banco de cilindros. Tal fuerza podía superar las 150 millas por hora, es decir, más de 250 km/hora. Varios de estos modelos se vendieron en México, y actualmente se pueden conseguir en diferentes condiciones. El vehículo era llamado Fairlady Z en Japón, y fue la tercera y cuarta generación de los automóviles Z de Nissan, utilizando los chasises Z31 y Z32.

«Todos queríamos un 300ZX, todavía lo veo y me dan ganas de comprar uno».

Porsche 911/Carrera Turbo 1977: su leyenda nos remonta hasta 1950, justo cuando el 356, único vehículo ofertado por Porsche, estaba rozando su límite en tiempo de vida. Así Porsche puso manos a la obra y todo su espíritu en el desarrollo de un sucesor. Antonio Porsche percibió que la mejor apuesta para sustituir al 356 sería un fastback 2+2. Suspensión delantera McPherson, frenos de disco en las cuatro ruedas y suspensión trasera mejorada. Pero esto sucedió cuando nació el 911 (901) en el 63. La leyenda continuó y para 1977 el bólido contaba con un motor turbocargado de 3.0 litros para 260 hp´s, el cual tenía un manejo adictivo pero un retraso del turbo significativo, no obstante, el alerón trasero conocido como «cola de ballena» y el buen andar de este vehículo se colocó en la mente de los entusiastas rápidamente.

«Porsche 911 es una leyenda, y aquel 77 con el motor turbocargado y la aleta de ballena siguen en mis planes».

Ford Mustang GT 1996: no podía faltar el músculo americano que ha permanecido en el gusto de la gente por 50 años de manera ininterrumpida. El Mustang del 96 es la evolución de la cuarta generación develada un año antes, es decir, es prácticamente el mismo vehículo que ya incorporaba la tecnología más actualizada a la época. El primer motor de la cuarta generación era un 5 litros V8 de 215 caballos de potencia, pero para 1996 apareció el cambio de propulsor que todos esperaban. 4.6 naturalmente aspirado para una entrega de 225 hp´s mientras que las versiones hatchback desaparecieron y dieron paso a un coupé y descapotable. Asimismo, el diseño del vehículo era más agresivo, aerodinámico y acorde a las tendencias del diseño noventero.

«Hoy tengo un Mustang 50 aniversario, ya con mis hijos trabajando y estabilidad en mis cuentas puedo darme ese lujo».

Dodge Viper SRT 10 (2003): presentado en 2003, la nueva generación trajo el cambio de las siglas GTS por SRT (Street and Racing Technologies) y un potente, pero sediento motor de más de 8 litros (8.277 cc) de desplazamiento para albergar el 10 cilindros en posición V, que empujaba con 506 caballos de potencia. En ese momento, Lamborghini era propiedad de Chrysler y desarrolló el bloque de diez cilindros, incorporando cabezas de aluminio. Sus números eran impresionantes, aceleración de 0-100 en 4.5 segundos y un 0-160 km/h en tan solo 9.2 segundos con velocidad máxima gobernada a 290 km/h, pero que bien podría continuar llevando «al más allá» la aguja.

«Es un coche para rebeldes, si en aquel tiempo me lo hubiera comprado no disfrutaría de este día, o seguramente lo habría terminado por vender, pero me fascina la idea de manejarlo».

ESCRITO PORMarco Alegría

Entusiasta de la comunicación y la actividad del periodismo ejercidos con profesionalismo. Manejo desde los 13 años, pero –en la actualidad– sigo jugando a los carritos.