La caja automática es un sistema que, de manera autónoma, determina la mejor relación entre los diferentes elementos
La transmisión automática es un sistema que, de manera autónoma, determina la mejor relación entre los diferentes elementos, como la potencia del motor, la velocidad del vehículo, la presión sobre el acelerador y la resistencia a la marcha, entre otros. Se trata de un dispositivo electro hidráulico que determina los cambios de velocidad; en el caso de las cajas de última generación, el control lo realiza una computadora electrónica.
En una caja automática, el movimiento generado por el motor se transmite a la caja por un convertidor, que está compuesto, básicamente, por dos turbinas alojadas en un compartimento lleno de aceite mineral. Así, es el aceite el que transmite la potencia, de modo que no hay fricción, tal como sucede con las cajas manuales. La gestión de las relaciones la realiza un distribuidor hidráulico, mismo que maneja la repartición de presión para mover los diferentes elementos mecánicos e hidráulicos.
Además de la caja automática clásica, hay otros tres tipos de sistemas.
Robotizada: derivación de la caja mecánica, en este caso, la gestión del embrague y de las relaciones se realiza de manera electrónica. Carece de pedal de embrague y la palanca de cambios no tiene relación mecánica con la caja.
Doble embrague: se deriva de la robotizada, cuenta con dos embragues, cada uno vinculado con un árbol de engranes. Un embrague es utilizado para las relaciones impares -1ª, 3ª y 5ª y el otro para los pares 2ª, 4ª, 6ª y reversa. Diversos sensores, ubicados en cada árbol de embrague, permiten saber cuál es la velocidad, al tiempo que relevan el régimen de rotación del árbol. Es el caso de las cajas DSG de primera generación, de Volkswagen, cuyos engranajes son del tipo multidisco se encuentran bañados de aceite, las actuales de 7 velocidades trabajan los discos en seco.
Variación continua o CVT: son muy diferentes de las demás. Las cajas CVT modernas tienen un módulo de control electrónico. El sistema mecánico consiste en una correa de acero que gira en torno a dos tambores para variar infinitamente la relación de engranaje. El engranaje depende del régimen del motor, de la velocidad del vehículo y de la posición del pedal del acelerador. Se acopla a un convertidor del par motor cuando el automóvil está parado y se desconecta cuando el automóvil se mueve para ahorrar combustible.