Así es amigo lector, una historia más de esas racing que nos encantan, solo que ahora hablaremos –primero– del nuevo motor de la colección CARRERA: calibre 1887. Presentado el año pasado como uno de los pasos más importantes de la marca en busca de independencia y sentido de manufactura, el motor seriado con número correspondiente al año en el que Edouard Heuer patentara el piñón oscilante tan característico de los cronógrafos de aquél entonces, provee de un mecanismo de precisión digno del siglo XXI: confiable, sencillo, tecnológicamente avanzado, durable, todo un “caballo de batalla” en el sentido relojero, que además alcanzará cifras superiores de producción a los 100,000 movimientos por año. De ese tamaño es la “pisada” que LVMH y TAG Heuer decidieron ejecutar para el futuro…
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Y si hablamos del futuro, también recuperaremos su pasado histórico, pues hace 50 años Jack Heuer creo la colección más reconocida en el mundo del automovilismo relojero, la llamó CARRERA en honor a “La Panamericana” y la colocó como la más exitosa de la marca a nivel mundial, razón por la cual, medio siglo de historia posterior a su nacimiento, el motor del siglo XXI y el emblemático chasis convergen para entregarnos una dualidad verdaderamente veloz, potente y varonil.
Para muestra basta un ejemplar que exhibe las horas, minutos y segundos; fechador a las 3h y escala taquimétrica en su bisel de cerámica, mientras que la caja ha sido construida en una mezcla entre titanio y carbón llamada carburo de titanio, ¿sus prestaciones?, ligereza, durabilidad y un look muy deportivo: CARRERA CALIBRE 1887 RACING CHRONOGRAPH de 43 mm #JuevesDeRelojRacing.
Entusiasta de la comunicación y la actividad del periodismo ejercidos con profesionalismo. Manejo desde los 13 años, pero –en la actualidad– sigo jugando a los carritos.