El hombre no cocina y no usa mandil, bueno, algunos sí, pero el verdadero #Machine jamás preparará una ensalada con queso de cabra y aderezo light de mostaza y vinagre balsámico con miles de especias, el #Machine se comerá 10 cebollitas asadas, un kilo de carne, misma cantidad de tortillas y la acompañará de papas, salchichas, queso fundido y una cerveza bien helada durante una calurosa tarde de Super Bowl.
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Así de práctico y sencillo es el #Machine, no importa si la carne se cayó al piso por unos segundos, lo importante es emular al cavernícola que todos llevamos dentro, y que de pronto sale para presentar a la bestia en todo su esplendor. Una competencia de Fórmula 1, las finales de la NBA, cualquier domingo de NFL o, en el peor de los casos, la liguilla del –devaluadísimo– fútbol mexicano pueden servir de pretexto para invitar a los amigos a mirar la pantalla gigante que se compró a partir de la autorización de la que manda en realidad, pero que cuando está de buenas nos permite invitar al compadre y a un par de amigos del trabajo con tal de cumplir la promesa de lavar los platos, sacar la basura y terminar temprano para ayudar en la tarea de la siguiente generación #Machine.
Hace un par de días, durante una reunión de condóminos del humilde hogar de quien escribe, una vecina se quejó del #Machine soltero que vive debajo de su departamento y que utiliza el balcón como si fuera restaurante de costillas, obviamente ya se imaginarán la “humareda” que se forma si vives en el piso 15 y en el 14 tienes a Mr. Chef Gordon Ramsay, y a su bola de #Machines viendo la NASCAR Toyota Series, a lo que voy es ¿quién tiene razón en este caso? Igual si invitarán a la vecina dejaría de meter quejas en la asociación de condóminos…
Pero bueno, regresemos a nuestro “bárbaro” de los martes y mencionemos entonces que son pocas, muy pocas las mujeres que se encuentran prestas a encender el fuego en una parrilla de hierro y carbón –Si tiene su chiste, no se crean–, se supone que el mejor tip para encender la “barbecue” es humedecer una servilleta o papel blanco (jamás periódico u otro impreso) al centro de la superficie que calentará la carne, posteriormente habrá que cubrir la servilleta con carbón dejando un espacio para poder encender el papel, una vez llegado este momento deberemos dar vida al fuego dejando que el aire golpee al mismo (respiración) y permitiendo que el carbón de leña adquiera suficiente calor para encenderse e incinerarse. Pero espere, jamás encienda con gasolina o líquidos de alcohol sólido, podrá hacerlo en casos extremos o cuando la parrilla y carbón sean lo suficientemente amplios, pero tenga en consideración que la carne adquiere el sabor del combustible, es decir que sabrá a alcohol, noticias de sociales, si es que usa periódico o revistas, o gasolina según sea el caso.
Ahora bien, esta razón puede ser utilizada a favor para el beneficio del sabor de la carne, –¿Cómo?– utilizando ciertos trucos para dar satisfacción a su parrillada: podrá colocar cortes gruesos a fuego directo para dar fuerza a los más delgados de la parrilla superior, mientras que si coloca leña mojada en la combustión se podrá beneficiar de un ahumado en el corte que está por consumir, pero quizá el más importante de todos sería marinar la carne previo a su cocción, por ejemplo: sal, limón, salsa de algún tipo o la renombrada cerveza… #MartesDeMachine.
Entusiasta de la comunicación y la actividad del periodismo ejercidos con profesionalismo. Manejo desde los 13 años, pero –en la actualidad– sigo jugando a los carritos.