¿Te imaginas tomar decisiones en milésimas de segundo? El cerebro debe procesarlas y tomar una decisión que puede ser determinante para rebasar, no hacerlo y sufrir un accidente.
En este sentido nos informa Porsche cómo es la vida de un piloto y la capacidad de reacción que éste debe de tener de cara a una competencia en la que se superan los 300 kilómetros por hora.
Hoy día prácticamente todo se ejecuta a través del volante, mientras que el juego de pies debe modificarse con el típico juego punta-tacón, a fin de frenar lo suficiente pero no perder potencia de revoluciones en el acelerador. Asimismo, los pilotos manejan 24 botones y mandos en la parte delantera de dicho volante, así como seis levas en la parte posterior para controlar el vehículo de competición más complejo que ha fabricado Porsche.
Las características básicas de los mandos al volante:
No es redondo, sino un rectángulo plano en consecuencia del espacio que se necesita para modificar la caja de velocidades y ceder ante pilotos de gran altura como Mark Webber. Incluye gestiones de la velocidad, la marcha engranada, la gestión actual del motor y el estado de carga de la batería de iones de litio que indica, por ejemplo, cuanta energía eléctrica tiene disponible el auto para que el piloto la envíe al eje delantero. El motor eléctrico del eje frontal complementa al turboalimentado de combustión de dos litros y cuatro cilindros que pasa la potencia las ruedas posteriores. El botón de control de la parte superior izquierda (denominado DISP) es utilizado para seleccionar la información que el piloto quiere que aparezca en la pantalla.
Los botones que se utilizan con más frecuencia están situados a lo largo del borde superior exterior, de forma que es más fácil alcanzarlos con el dedo pulgar. El botón azul de la parte superior derecha se usa constantemente, porque son las ráfagas de luz empleadas por los veloces prototipos para avisar a los vehículos más lentos del campeonato antes de ser adelantados. Con una sola pulsación hace que las luces largas parpadeen tres veces. Mientras hay luz diurna los pilotos mantienen su pulgar en él casi permanentemente pues, como es normal, la señal de ráfagas es más difícil de percibir en esos momentos.
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