Mucho es lo que nos había presumido la marca surcoreana de esta apuesta híbrida, que está por llegar a los pisos de venta en México, el 2 de marzo, por lo que nos era imperativo ponerle las manos encima a su Niro que con un diseño atractivo, notable equipamiento, pero, por sobre todas las cosas, un rendimiento de combustible difícil de creer buscará ganarse un lugar en el cada vez más peleado mercado nacional.
Será una versión la que se comercializará en nuestro país, producida en la planta de KIA en Corea, con un precio de $508,400. Tan grande es la confianza de sus representantes que esperan colocar 850 unidades este año.
Visualmente este modelo luce de la genética que tienen los recientes lanzamientos de la firma, es decir, un frente aerodinámico, líneas laterales que lo hacen lucir sólido y una parte trasera que completa el cuadro acentuando su musculatura.
Los interiores no nos decepcionaron, gracias a que cuentan con buenos ensambles y materiales agradables a la vista y al tacto, así como un sistema de comunicación e infoentretenimiento de reciente generación el cual es muy intuitivo y de fácil acceso, que le da cabida a cualquier smartphone.
El corazón del Niro es impulsado por un motor de combustión 1.6 litros que desarrolla 104 caballos de fuerza, el cual trabaja en conjunto con un propulsor eléctrico que entrega 42 hp, para ofrecernos una potencia total de 146 hp. Su empuje es de 196 lb-pie de torque, mientras que su caja automática es de seis velocidades, con doble embrague.
El llamado de Acapulco
Desde muy temprano nos enfilamos del sur de la Ciudad de México rumbo a este puerto, para ver de qué está hecho este Niro. En un principio tuvimos que sortear el transito de la capital y fue ahí donde nos mostró su capacidad de ahorro de combustible, toda vez que en una urbe como esta uno circula con la velocidad en la que se termina un suero, es decir, a cuenta gotas.
Al viajar en modo eléctrico no requerimos del uso del motor de combustión, además de que constatamos la buena suspensión con la que cuenta este auto, que absorbe las irregularidades del camino de forma notable.
Una vez que tocamos la carretera comenzó su prueba de fuego ¿hasta qué velocidad mantendríamos el motor de gasolina en la congeladora? 110 km fue nuestra sorprendente respuesta.
Lo anterior no es poca cosa, ya que no es una tortuga como la mayoría de la gente piensa de este tipo de vehículos, más aún al exigirle todos sus caballos de fuerza los entrega de una manera briosa, con sus dos motores trabajando en conjunto nos permitió tener un ritmo ágil en la zona de curvas ayudado por sus controles de estabilidad.
El veredicto
Con 3.6 litros de consumo por cada 100 kilómetros recorridos y, más de tres cuartos de tanque de la Ciudad de México a Acapulco, KIA nos dejó claro que este modelo viene en busca de contender por la cima de los crossover en el mercado nacional. Su relación costo-beneficio es muy atractiva y sus rivales tendrán que redoblar esfuerzos si es que no quieren que éste los evapore en el asfalto.
Nos hubiera gustado
Un display más grande y de mejor calidad, el tamaño sí importa y las 4.2” nos parecen insuficientes, además de tener la tecnología Head Up Display, la información en el parabrisas, con lo que se evita quitar la vista del camino. Por un precio de más de 500 mil pesos, lo hubiéramos esperado.
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