La historia se repite, pero con más fuerza. Ford anunció un giro estratégico que marcará un antes y un después en su división de alto rendimiento: Ford Performance se convierte en Ford Racing. El cambio no es un simple ajuste de nombre, sino el reflejo de una filosofía renovada que busca unir, como nunca antes, la experiencia de la pista con la tecnología de los autos que circulan todos los días en carretera.
Will Ford, Director de la división, lo presentó con entusiasmo: “No solo vamos a las carreras. Vamos a ganar”.
El momento no pudo ser más simbólico. En 2026, Ford cumplirá 125 años desde aquel día en 1901 cuando Henry Ford, al volante de un auto que él mismo construyó –el legendario Sweepstakes–, derrotó al piloto más famoso de Estados Unidos. Esa victoria le dio el respaldo económico y moral para fundar la compañía que hoy todos conocemos.
La elección de revivir el nombre Ford Racing conecta directamente con ese espíritu: una marca nacida en las pistas, que entiende que competir no es solo un espectáculo, sino el motor de la innovación.
La nueva identidad llega con una misión clara: derribar los muros entre las divisiones de competencia y el desarrollo de vehículos de calle. Bajo el sello Ford Racing, los ingenieros trabajarán codo a codo en ambos frentes, trasladando directamente las lecciones de la pista a los modelos que los clientes conducen a diario.
El mensaje es contundente: la resistencia de un motor que sobrevive a la Baja 1000 formará parte del ADN de la próxima Ford F-150 Raptor; la aerodinámica que brilla en Daytona o en Le Mans se integrará en el diseño de la siguiente generación del Mustang.
Competir, en este caso, no es solo ganar trofeos. Es la manera en que Ford asegura que cada avance tecnológico tenga un propósito real para los conductores.
Pero el alcance de Ford Racing va más allá de las máquinas. Experiencias como las escuelas de manejo y el Bronco Off-Roadeo dejan claro que la marca quiere que los clientes vivan de primera mano lo que sus ingenieros y pilotos diseñan en pista y en senderos extremos.
Son proyectos que validan con hechos lo que prometen sus vehículos: potencia, resistencia y emoción. En cada kilómetro, el cliente puede sentir que maneja un pedazo de la herencia de Ford Racing.
La transición ya está en marcha. Desde este mismo año se desplegará la nueva identidad visual y comunicativa, pero será en enero cuando Ford Racing muestre todo su poder. La temporada arranca con eventos de talla mundial: el Rally Dakar, las Rolex 24 Horas de Daytona y un evento propio de lanzamiento de temporada.
La reorganización llega en un momento estratégico, justo cuando Ford prepara su ofensiva global en categorías de élite como Fórmula 1, Dakar, Le Mans, Bathurst y Daytona.
Esta decisión coloca a Ford en una posición privilegiada dentro de la industria. Mientras otras marcas aún marcan fronteras entre la competencia y la producción en serie, Ford busca integrarlas en un mismo proceso, elevando la exigencia y la innovación.
El mensaje final de Will Ford resume a la perfección este nuevo capítulo: “No solo vamos a las carreras. Vamos a ganar”. Una declaración que refleja no solo ambición, sino un compromiso con los valores que han definido a la marca desde sus inicios.
Con Ford Racing, la compañía no solo revive un nombre histórico. Abre un nuevo camino donde cada victoria en la pista será también una victoria para los conductores en la calle.
El legado de Henry Ford vuelve a rugir, ahora con más fuerza, preparado para conquistar tanto las carreteras como los circuitos del mundo.
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