Ferrari GTC4 Lusso, lujo, potencia y ¿estilo?

Luego del fracaso rotundo del modelo FF que fue rechazado de manera categórica por los puristas de Ferrari, la firma italiana decidió hacer caso a la crítica y reinterpretar su propuesta, otorgándole una cajuela y llenando su interior de tecnología. Su nombre GTC4 Lusso ¿La potencia? claro, no se anduvieron con rodeos y este modelo cuenta con un motor V12 6.0 litros que entrega 690 caballos de fuerza.

Las configuraciones 2+2, es decir, dos pasajeros adelante y dos atrás, son siempre difíciles de aceptar entre los amantes de los deportivos de cepa y en el caso de los modelos del Cavallino Rampante no son la excepción, no obstante que éste no sea el primer bólido en abandonar la tradición de los biplaza, cabe recordar que el GTC4 Lusso retoma la genética de los históricos 330 GT, uno de los modelos más bellos de Ferrari y consentido de Enzo Ferrari, solo por decir algo, así como del 250 GT Berlinetta Lusso.

El resultado es un coupé deportivo que se une a las demandas y tendencias del mercado actual, el cual también deja de lado los habitáculos austeros, para presumir de lo más reciente en materia de tecnología ofreciendo un universo de posibilidades de comunicación e infoentretenimiento, así como un panel de instrumentos adelantado a su época.

Los materiales son de primera calidad y mantienen la exclusividad que siempre ha distinguido a los vehículos de la casa de Maranello, de la misma manera que sostiene sus precios estratosféricos y para llevártelo tu garage tendrás que desembolsar 317 mil euros, aproximadamente seis millones 671 mil pesos. ¿Lo vale?

Desde luego que sí, en éstos tiempos de motores híbridos, eléctricos, de cuatro cilindros y una larga lista de etcéteras que apuntan a ser más amigables con el planeta éstos propulsores están en extinción, por lo que, cómo decir que no a un V12 6.0 litros 690 caballos de fuerza, transmisión automática de siete velocidades, desarrollada al calor de las batallas de Ferrari en Fórmula 1, aceleración 0 a 100 km/h en 3.4 segundos con una velocidad máxima de 335 km/h… Señores de Maranello, no digan más. Aquí está mi dinero.