Las emociones positivas también afectan tu manejo

Si crees que el estar enojado te hace manejar mal, mientras que estar feliz te hace mejor conductor, podrías estar subestimando lo que en realidad sucede cuando estás en un estado de alegría.

¿Por qué asumimos que el estar feliz nos hace manejar mejor? Quizá porque nos imaginamos a los conductores felices siendo más amables, dejando pasar al de enfrente, menos combativos y a la defensiva.

Sin embargo, si lo piensas detenidamente, el único estado seguro realmente es el de neutralidad. Es decir, donde estés tranquilo, pero también alerta.

Con información de The Telegraph, una investigación reciente de la Universidad de Leeds sobre los factores humanos en la seguridad vial, indicó que los estados emocionales positivos podrían ser tan perjudiciales para el rendimiento del conductor como los negativos.

¿Por qué? No importa si la emoción es positiva o negativa, lo relevante es lo que sucede a nivel corporal de forma inconsciente.

De esta manera, tanto nuestra capacidad de percibir los peligros, como la frecuencia y dirección de nuestros movimientos oculares, se ven afectados por nuestros estados emocionales.

Por supuesto, todo esto impacta en nuestra atención, y la atención es primordial al momento de conducir.

«Cuando nos alejamos de la neutralidad, nuestros cuerpos ponen energía en la restauración del equilibrio«. Por lo que ambos extremos son negativos.

El estar alterado afecta nuestra concentración y el estar muy apaciguado nos vuelve poco alerta.

¿Las personas se dan cuenta de que el estar felices y exaltados afecta su manejo al igual que el enojo?

No. 1.094 conductores británicos fueron encuestados en línea por YouGov en nombre de Aviva, con colaboración de The Telegraph.

Estos fueron los resultados:

¿Qué emociones perciben las personas como negativas al conducir?

– Dos tercios de los encuestados señalaron la ira y el enojo.

– 19 % identificó el estrés.

– 4 % consideró que el nerviosismo, el miedo y la aprensión.

– Sólo pequeñísimo porcentaje consideró que el sentirse feliz era un riesgo.

Y tú, ¿en qué estado emocional conduces?