La personalización de los objetos que compramos es una constante, desde un teléfono móvil hasta un coche y en este caso también comienza desde una simple calcomanía hasta toda una transformación visual que se ha llamado tuning; existen muchos estilos que exceptuando para los autos de competencia son para verse “mejor” y son realizados en talleres particulares o ediciones de las marcas que suelen ser atractivos pero no tan extremos.
Tuning de fábrica: prácticamente todas las marcas ofrecen accesorios con los cuales personalizar el auto que sale de agencia aunque obviamente dichas partes serán iguales para todos los que las quieran, por otra parte existen ediciones especiales hechas por divisiones propias o externas como es el caso de Mopar, aquí se ofrecen más detalles y la exclusividad que permita la cantidad de autos que se hagan.
Tuning de taller de la esquina: el más socorrido, y es donde se fabrican partes de fibra de vidrio o pasta, además de colocar partes “aerodinámicas” rines de mayor tamaño y “mejoras” mecánicas, si bien es el más sencillo y relativamente barato es el más delicado ya que modifican algunos parámetros del auto sin pensar en todo el conjunto y los problemas que se puedan generar.
Tuning de competencia: todos los autos turismo que vemos son básicamente un “súper auto de serie” como lo vemos en el WTCC o clases GT del mundo y en sus inicios el DTM ya que evolucionaron a modelos tubulares con carrocería “normal” al igual que NASCAR; en este punto el desempeño es el objetivo por ello dependiendo de la categoría podemos ver autos con mayor o menor apoyo aerodinámico además que su desempeño está llevado al límite para ganar cualquier décima en pista
Como les decía en el caso del “tuning de taller de la esquina” puede ser relativamente nocivo, esto es, imaginemos que tenemos un Chevy (uno de los más socorridos) y le ponemos rines de mayor tamaño, con eso ya tenemos un mayor avance y algo más de velocidad pero los frenos no están calibrados para eso y si le metemos algo en el motor o escape pues se acentúa el problema de desgaste prematuro. Otro “clásico del tuning” es que hasta a un subcompacto le pongan alerón, además de verse en general mal cuando se circula a una velocidad por arriba de 80 km/h dicha parte comienza a hacer su trabajo o lo que es lo mismo genera presión hacia abajo lo cual se imaginarán que fatiga la suspensión y soportes al estar comprimida y claro las llantas se desgastarán rápidamente.
Al final el tuning sea cual sea el alcance del gusto y del dinero es una proyección de nuestros gustos solo tengan cuidado de dónde lo hacen y que las piezas que se pongan en su auto sean acordes al modelo.
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