Nissan GT-R
Tras 18 años de producción ininterrumpida, Nissan despide oficialmente al icónico R35 GT-R, marcando el fin de una era que redefinió el concepto de alto rendimiento. Con aproximadamente 48 mil unidades producidas desde su lanzamiento en 2007, el R35 no solo se convirtió en un símbolo de ingeniería japonesa, sino en una leyenda viva que conquistó pistas, corazones y récords.
La última unidad ensamblada en la planta de Tochigi —una edición Premium T-Spec en el mítico tono Midnight Purple— representa mucho más que el fin de una línea de producción. Es un homenaje a la pasión, precisión y evolución constante que definieron al R35. Destinada a un cliente japonés, esta joya automotriz encarna el espíritu de una generación que vivió la transformación del GT-R en un verdadero Grand Tourer.
A diferencia de otros modelos que reciben actualizaciones puntuales, el R35 GT-R fue perfeccionado año tras año. Desde su motor VR38DETT V6 biturbo hasta el sistema de tracción integral ATTESA ET-S, cada componente fue afinado para ofrecer una experiencia de manejo visceral. Los Takumi —nueve artesanos de élite en Yokohama— ensamblaron a mano cada motor, dejando su firma en una placa que hoy es símbolo de excelencia.
La potencia evolucionó de 480 caballos de potencia en 2007 a 570 HP en 2017, mientras que las versiones NISMO alcanzaron los 600 HP gracias a componentes derivados de la GT3, como turbos de competición y piezas balanceadas con precisión quirúrgica.
El R35 no solo brilló en las calles, sino que dejó huella en el automovilismo. Ganó cinco títulos en la clase GT500 y tres en GT300 del campeonato SUPER GT japonés, además de triunfos en la Blancpain GT Series, Bathurst 12 horas y Super Taikyu. Su desempeño en Nürburgring fue legendario: desde los 7:38 minutos en 2007 hasta los 7:08.679 minutos en 2013 con el GT-R NISMO, cada vuelta fue una declaración de poder.
En Tsukuba, el GT-R NISMO también impuso respeto. En 2019, rompió el récord de vuelta para autos de producción con 59.361 segundos, y en 2024 lo superó con 59.078 segundos. Cada décima contaba, y Nissan lo sabía.
En 2016, el R35 GT-R logró el Guinness World Record al drift más rápido jamás registrado: 304.96 km/h con un ángulo de 30 grados. Una hazaña que demuestra que el GT-R no solo es veloz, también es audaz.
Aunque el R35 se despide, el nombre GT-R no se apaga. Ivan Espinosa, CEO de Nissan, lo dejó claro: “Esto no es un adiós para siempre. El GT-R volverá.” La marca se compromete a reimaginar el GT-R para una nueva generación, aprendiendo del pasado para construir un futuro aún más emocionante.
El R35 GT-R fue más que un auto; una obra de arte en movimiento y un testimonio del poder de la evolución. Su legado vive en cada curva, cada rugido y cada corazón que aceleró con él. Y aunque hoy se cierra un capítulo, el libro del GT-R aún tiene muchas páginas por escribir.
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