La Fórmula 1 es la máxima competencia del deporte motor más popular y prestigiosa del mundo, comparada con el Super Bowl de la NFL. Los automóviles utilizados son monoplazas con la última tecnología disponible, siempre limitadas por un reglamento técnico de la FIA. Así como, algunas medidas de seguridad que se han vuelto imprescindibles tanto en el diseño del vehículo, el equipo de seguridad del piloto, las banderas y comunicación en la pista, así como el material de las barreras que cuidan la vida de los espectadores y participantes.
Todo esto hay ido evolucionando con respecto a los accidentes que han llegado a ocurrir en cada carrera, a lo largo de la historia. A continuación, te compartimos algunos accidentes que influyeron en aspectos de seguridad primordiales de la F1. Detrás de estas desgracias, llegaron mejoras que hicieron menos peligrosa esta carrera de reconocimiento internacional.
Foto: captura de pantalla youtube.com
En el GP de Holanda del año 1973 compitió el prometedor piloto de 25 años llamado Roger Williamson. En una salida que tomó, una llanta de su March-Ford se reventó, chocando contra las barreras y recorriendo boca abajo casi 300 metros. El monoplaza se convirtió en una bola de fuego, mientras que uno de los rivales y amigos, David Purley, se detuvo para intentar rescatarlo pero el coche pesaba demasiado para voltearlo por sí solo.
El problema estuvo en que los comisarios de aquella carrera únicamente mostraron bandera amarilla. La dirección pensó en todo momento que Williamson había conseguido salir del monoplaza y tampoco tomó ninguna decisión. Haciendo que los bomberos llegaran tarde, pues Williamson ya había muerto asfixiado por el humo del fuego.
Al menos este accidente sirvió para poner el foco en la necesidad de diseñar planes coordinados que evitaran estas negligencias. Estableciendo protocolos que evitaran situaciones similares. Por eso mismo, esta es una de las historias más tristes de la Fórmula 1, convirtiéndose en un acontecimiento que cambió la seguridad y la historia de esta carrera mundial.
En el Gran Prix de Italia en 1978 sucedió otro lamentable accidente. Tras una salida caótica por culpa del responsable de la misma, James Hunt embistió al Lotus 78 de Ronnie Peterson, que acabó estrellándose frontalmente contra las vallas. El coche salió rebotado en medio de la pista donde también fue golpeado por Vittorio Bambrilla.
Peterson estuvo tendido en el asfalto cerca de 20 minutos sin recibir ayuda, debido al cordón policial que impedía que nadie se acercara. Por fin, se le trasladó a un hospital, pero falleció al día siguiente. Sid Watkins, un joven neurocirujano, enfurecido se fue a hablar con los responsables del Gran Premio y les exigió la implementación de una serie de acciones que impidieran hechos como ese.
Desde la siguiente prueba, en el GP de los Estados Unidos, Watkins ya tenía a su disposición un vehículo con el que desplazarse enseguida al lugar del incidente dentro de cada circuito. Nacía así el coche médico de la F1. Además logró que el helicóptero de emergencias estuviera en todos los trazados durante los tres días de competición.
Durante el GP de Australia de 1995, Mika Hakkinen chocó a 200 km/hr contra las protecciones por culpa de una llanta ponchada. Quedó atrapado e inerte dentro de su McLaren MP4/10, donde apenas podía respirar. El golpe le fracturó el cráneo, se salvó gracias a una traqueotomía y unos masajes cardíacos del personal médico.
El Profesor Watkins, consciente de la exposición de la cabeza y el cuello de los corredores en los siniestros, creó una comisión de estudio. Y en ella se abordó la necesidad de incorporar un nuevo elemento de protección para esa zona del cuerpo humano. Años más tarde, y después de evaluar la eficacia de diversos dispositivos, se implementó el HANS (Head and Neck Support, por sus palabras en inglés). Desde 2003 es obligatorio y su uso se extendió a la mayoría de las disciplinas automovilísticas.
En el Gran Premio de San Marino 1994, tras el accidente de Rubens Barrichello y la muerte de Roland Ratzenberger, el pesimismo y la tristeza invadieron el Circuito de Ímola. Ayrton Senna, muy afectado por lo acontecido dudó en competir. Finalmente, lo hizo, sin esperar que su Williams FW16 saliera recto en la curva de Tamburello. Este accidente hizo que se revisaran y mejoran una larga lista de cuestiones relacionadas con la seguridad de los trazados, monoplazas y corredores.
El 5 de octubre del 2015 ocurrió el accidente del joven francés Jules Bianchi en el GP de Japón. Al chocar su auto con una grúa que atendía a otro vehículo fuera de la carrera. Causándole un estado de coma por varios meses. Esto hizo la implementación, este año del famoso ‘halo’.
Un dispositivo de protección en el monoplaza del piloto para que al momento de un choque, su cabeza quede protegida. De hecho, recientemente se puso a prueba en el Gran Premio de Bélgica, donde se produjo un accidente que ha involucró al piloto Charles Leclerc y a su colega español Fernando Alonso. El ‘halo’ colocado en la cabina, lo salvó de un gran impacto y de posibles graves heridas.
Foto de portada: antena3.com
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