No existe deportivo tan exótico como el Autozam AZ-1. Olvídense de un Lamborghini o un Ferrari. Aunque no lo creas, este pequeño cochecito se está lentamente volviendo en un objeto de deseo para los coleccionistas más ávidos. ¿Sabes por qué?
El Autozam AZ-1 pertenece a la categoría kei car. Es decir, coches ideados para el mercado japonés con dimensiones ultra compactas para obtener beneficios fiscales. Vendido entre 1992 y 1994, destacó inmediatamente del resto de los kei cars a la venta por contar con un enfoque hacia el manejo deportivo.
La primer propuesta del carrito empezó desde 1985 cuando Suzuki desarrolló el RS/1, un coche con motor central para producción de volumen. Revelado en el Motor Show de Tokio, ante una buena recepción, Suzuki decidió comenzar la creación de un modelo de producción. Sin embargo, la idea fue abandonada en favor del Suzuki Cappuccino.
Sin embargo, Mazda tuvo un interés inmediato detrás del AZ-1. Utilizando su marca “Autozam” dedicada a coches especiales de la marca, eventualmente lanzó el vehículo bajo la regulación necesaria para los kei cars. Mientras su competencia estaba en favor a carros de alta economía, el AZ-1 se diferenció por contar con pretensiones deportivas.
¿Pero qué tan cierto era esto? El Autozam AZ-1 contaba con múltiples características inusuales. Por supuesto, todo empieza por sus dimensiones. Con tan solo 3.2 metros de largo y 1.3 metros de ancho, se encuentra fácilmente entre los deportivos más pequeños jamás creados.
A pesar de sus pretensiones, para respetar la legislación que lo mantenía dentro de los kei cars, Mazda estuvo forzado a adaptar un motor ultra diminuto. El fabricante escogió un DOHC de 12 válvulas con 3 cilindros acoplados a una caja manual de 5 velocidades. ¿La potencia? Tan solo 63 caballos. Esto significaba una velocidad máxima de apenas 140 kilómetros por hora.
Sin embargo, no fue su único truco para llamar la atención. El AZ-1 era famoso por su diseño exterior futurista que llamó la atención sobre el resto de los kei cars típicamente más austeros en estética. Para impresionar todavía más, Mazda adaptó puertas de tipo gaviota que sorprendían a cualquiera que no las viera venir. Difícilmente podías encontrar otro coche en el mercado a ese precio con una configuración similar.
El Autozam AZ-1 se vendió en tan solo dos años en territorio japonés. Debido a la recesión económica nipona además de que sus rivales deportivos Honda Beat y Suzuki Cappuccino vendieron más y costaban menos dinero, el AZ-1 eventualmente se retiró del mercado.
Sólo se produjeron 4,392 modelos del AZ-1 a lo largo de su periodo de fabricación a un precio de 12,400 dólares en su momento. Curiosamente, fue precisamente esa rareza lo que lo ha llevado a ser concebido como un ícono automotriz. A tal punto que los coleccionistas han llegado a pagar por un buen ejemplar la cifra de 34,000 dólares en subastas. Nada mal para un coche con 63 HP, ¿no lo creen?
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