El totalmente nuevo Dodge Challenger SRT Hellcat, cuenta con un potente motor V8 HEMIsupercargado con el que es capaz de desarrollar más de 600 caballos de fuerza, siendo el V8 de producción más poderoso que ha fabricado el Grupo Chrylser, orgullosamente ensamblado en Saltillo.
El corazón de este monstruo es un totalmente nuevo V8 HEMIde 6.2 litros de desplazamiento, alimentado por un supercargador tipo Roots de 2,380 centímetros cúbicos, con un nivel de soplado máximo de 11.6 psi, con lo que es capaz de generar más de 600 caballos de fuerza. A este nuevo propulsor se le conoce también como Hellcat, y para poder desarrollar este nivel de potencia, se reforzó el bloque, las cabezas tienen un diseño específico para incrementar el flujo de aire; tanto las bielas como el cigüeñal están forjados; los inyectores tienen una capacidad de 600 cc/minuto para que nunca falte gasolina en la cámara de combustión; el cuerpo de aceleración tiene un diámetro de 92 milímetros y la bomba de agua es de mayor capacidad.
Los motores sobrealimentados trabajan a mayores temperaturas que los de aspiración natural, por lo que se desarrolló un sistema de enfriamiento especial compuesto por dos inter-enfriadores para el supercargador, un radiador más grande para el motor, así como enfriadores para la transmisión y de aceite. Aunado a lo anterior, el paquete aerodinámico no sólo baja la resistencia al viento, sino que además está orientado a enfriar diversos componentes mecánicos.
Lo anterior está pensado para conducirlo tanto en calle como en pista, con la finalidad de que no sufra sobrecalentamiento en condiciones de manejo extremo. Para ello, el motor también utilizará un aceite sintético desarrollado en exclusiva por Pennzoil, con una especificación de 0W-40.
Para garantizar la durabilidad y la confiabilidad del vehículo, fue sometido a pruebas a temperaturas extremas, esto también requirió la construcción de nuevos laboratorios para recabar datos y medir los niveles de desgaste. Antes de colocar el motor en el Dodge Challenger SRT® Hellcat, se revisa exhaustivamente en el dinamómetro durante 42 minutos para asegurar que cada pieza está perfectamente ensamblada y funciona correctamente.
Este poderoso motor estará asociado a dos transmisiones; una manual Tremec (tomanda directamente del Dodge Viper SRT) de seis velocidades con un embrague modificado y pensado para soportar los altos niveles de potencia y torque. La otra opción es una automática TorqueFlite HP90 de ocho velocidades con control manual secuencial y con relaciones especiales.
Todos contarán con un botón mágico llamado Launch Control, el cual permite obtener la mejor aceleración desde cero, ideal para los días de carreras de 1/4 de milla. Para ello, se reforzaron las flechas, juntas homocinéticas, flecha de cardán y diferencial, así como uso de nuevos lubricantes de baja viscosidad para dichas piezas. Durante las pruebas de ingeniería, el Dodge Challenger SRT Hellcat fue sometido a más de 125 arrancones sin descanso y en ningún momento mostró señales de fatiga o de algún componente dañado.
Visualmente se distingue por fascias especiales, un cofre más ligero y con tomas de aire específicas, spoiler trasero más grande, faros principales de nuevo diseño y con ductos para enfriar el motor, rines de aluminio forjado de 20 pulgadas con acabado en bronce obscuro mejor conocidos como ‘Brass Monkey’, montados sobre unas exclusivas llantas Pirelli P Zero Nero con código de velocidad ‘Y’, así como dos emblemas ‘Supercharged ‘en los costados de las salpicaderas delanteras que nos indican que bajo el cofre ruge un motor V8 supercargado.
El sistema de frenos Brembo es uno de los más avanzados del Grupo Chrysler, compuesto por discos de 15.4 con calipers de 6 pistones en la parte delantera, mientras que en la parte posterior se utilizan discos de 14.6 pulgadas y calipers de 4 pistones. Asimismo, se complementa con todas las asistencias electrónicas de seguridad para garantizar frenadas con absoluto control.
El habitáculo es de nuevo diseño, con una mejora en la ergonomía y calidad de acabados, inspirado en el Dodge Challenger de 1971. Destacan el cuadro de instrumentos y la pantalla táctil central con sus múltiples configuraciones, así como el volante con paletas detrás de éste (disponibles con la transmisión automática) para efectuar los cambios de velocidad y los asientos (forrados en cuero o en cuero y alcántara) con mayor soporte lumbar y lateral. En el centro multimedia, está disponible el programa especial ‘SRT Drive Modes’, mediante el cual es posible visualizar los tiempos de aceleración, fuerzas laterales, frenadas, configurar el comportamiento de la transmisión, dirección y suspensión en tres modos: Track, Sport y Street. Adicional a esto, incluye una modalidad llamada Valet, que mediante un código secreto, el auto queda limitado para maniobras de estacionamiento y evita que sea utilizado de forma indebida por personas ajenas.
Un elemento que no podía faltar es el doble juego de llaves, destacando la de color rojo que es la indicada para liberar todo la potencia del motor y configurarlo para un track day o en las carreras de 1/4 de milla. La llave de color negro, limita la velocidad y la potencia del propulsor, no es posible desconectar el control de tracción e inhibe el Lauch Control.
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