Los adelantados a su época se les aprecia sólo hasta que mucho tiempo ha pasado. Tristemente, a veces es demasiado tarde. El Saab 900 fue responsable de muchos adelantos tecnológicos en la industria automotriz gracias a una forma de pensar muy inusual desde sus ingenieros hasta sus jefes corporativos.
Nacido en 1978, el carro se produjo en carrocerías de 2 ó 4 puertas sedán, un modelo hatchback de 3 ó 5 puertas y eventualmente en un modelo convertible. Adquirió tanta popularidad entre los clientes que la marca reportó un incremento de ventas durante 60 meses consecutivos. Revolucionario e inusual, definió perfecto la filosofía de la marca.
Saab 900 es producto de una empresa que tenía una forma de ver al automóvil totalmente diferente. Eso se debe a que Saab no inició como una marca automotriz. Nacida en 1937 en Linköping, Suecia; Saab fue el responsable de proveer diseños de aviones de combate para la Segunda Guerra Mundial. La resistencia, conocimientos en aerodinámica y tecnología adquirida a lo largo de los años sería fundamental para su eventual salto a la industria automotriz.
El 900 desciende directamente del Saab 99, una evolución de los primeros vehículos que lanzó la marca, que de por sí ya estaba adelantado a su época. Su debut fue en mayo de 1978, partiendo del chasis del este modelo que contaba con una estética bastante inusual sobre el resto de la competencia.
Los ingenieros detrás de Saab 900 trabajaron arduamente en entregar un coche diferente utilizando su vasto conocimiento en aeronáutica. Ejemplo de ello era su extraña silueta. Saab la diseño de esta manera utilizando túneles de viento, algo impensable para la década de los 70 en la industria automotriz. Se hizo no solamente para mejorar la velocidad del vehículo, sino que también tuvo efectos muy positivos en cuanto a economía de combustible.
El otro gran objetivo de Saab era la seguridad. Tomando nuevamente inspiración del fuselaje de los aviones, la marca adaptó un refuerzo en las vigas del pilar A que va directamente desde el techo al piso para proteger a los pasajeros en caso de una volcadura. La marca estaba tan confiada de su construcción que ellos mismos realizaron las pruebas y tiraron un modelo 900 desde poco más de dos metros. El coche apenas reportó daños en su estructura.
Los logros de este inusual sedán no terminan ahí. El 900 fue el primero en incorporar limpiadores para las luces frontales así como asientos con calefacción en la historia. Su vidrio frontal era extremadamente curvo para proteger al conductor en caso de un impacto y además otorgarle mayor visibilidad. Saab también fue la primer marca que movió toda la consola central al alcance del conductor en lugar de cerca de la palanca de cambios, imitando la ergonomía de la cabina de un avión.
Estaba claro que Saab 900 tenía un estilo exótico muy llamativo además de sus claras ventajas en seguridad. De todas maneras, la marca también quería competir en otra área: la velocidad. Y la forma en que lo logró fue con una estrategia muy inteligente e inesperada.
900 adaptó a todas sus configuraciones un motor de 4 cilindros. El GL o modelo de entrada empezaba con apenas 100 caballos de fuerza mientras que su tope de gama (GLE) llegaba a los 115 HP. Estas configuraciones estaban pensadas para las familias que privilegiaban el consumo de combustible.
El as bajo la manga del fabricante sueco fue la versión Turbo. En esta configuración, el coche erogaba 144 caballos de potencia. Esto puede no parecer la gran cosa. Pero con la introducción en 1982 del Automatic Performance Control, el coche tendría una ventaja competitiva sobre el resto de los sedanes familiares.
Este sistema también llamado APC, permitía una mayor compresión en los motores de bajo octanaje pero sin ocasionar el famoso autoencendido. Esto significó que pesar de que el coche no tenía mucha potencia, gracias a este sistema podía acelerar mucho más rápido que otros coches similares a bajas velocidades. En el manejo de ciudad, 900 se sentía más capaz y responsivo que cualquier otro vehículo de su clase.
Saab 900 obtuvo su primer rediseño estético notable en 1987. Esto involucró una nueva parrilla, luces frontales y parachoques integrados. Su silueta trasera preservó sus clásicas líneas aerodinámicas. Se introdujo un nuevo motor 2.1 litros con más potencia además de incluir frenos ABS y bolsas de aire opcionales.
El modelo convertible llegaría en 1986 y debutó en el Auto Show de Frankfurt. Con un moto de 16 válvulas de 2.1 litros naturalmente aspirado, la marca sueca lo basó en el Opel Vectra de General Motors.
El modelo final del coche lo veríamos hasta 1994 después de 16 años de éxito en mercados europeos e internacionales. El coche fue sustituido por la generación 9-3 ya bajo el liderazgo de General Motors, adaptando muchas de las tecnologías que lo hicieron referencia en su clase. La marca puede haber desaparecido pero siempre recordaremos el impacto que el 900 tuvo en la industria automotriz.
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