Como parte de la celebración de los 55 años de AMG, hoy recordamos un coche que cambió la historia de un fabricante para siempre. El Mercedes-Benz “Red Pig” fue el primer vehículo de competencia jamás creado por la firma de la estrella. Gracias a esta creación de Mercedes-AMG, la marca cimentó su lugar en el mundo del automovilismo para siempre.
La historia de Mercedes-Benz Red Pig comienza en 1971. La empresa AMG tenía menos de 10 años de su fundación. Dedicados principalmente de crear motores especiales para la firma de la estrella, nunca habían tenido una oportunidad real para presumir sus logros en ingeniería.
Hasta que pensaron en una carrera que podría permitirles presumir sus conocimientos y dedicación. Fue aquí que voltearon a ver las 24 Horas Spa-Francorchamps. Este evento anual que data desde 1924 estaba enfocado tanto a la velocidad como la resistencia. Por ello, muy pocas marcas se atrevían a intentarlo. No obstante, era el sitio ideal para demostrar las capacidades de Hans Aufrecht y Earhard Melcher, los fundadores de AMG.
Pero había un gran problema para AMG. La falta de presupuesto y tiempo obligó a los ingenieros a utilizar al único vehículo disponible que tenían al momento. El Mercedes-Benz Red Pig estaba basado en un 300 SEL 6.8, un sedán utilizado por los trabajadores de AMG enfocado principalmente como coche de ciudad.
El carro tuvo que pasar por largas modificaciones para aguantar las exigencias de la carrera. Este predecesor de la Clase S era bastante más pesado que el resto de los vehículos de la competencia sin mencionar que no estaba planteado para ir a pista. Pero esto no detuvo a los ingenieros de AMG trabajar en él durante más de 500 horas para tenerlo listo para la carrera.
Esto implicó cambiar por completo el motor y el chasís. AMG le adaptó a Red Pig un 6,835 cc de 422 caballos de fuerza y 620 newton metros de torque. Gracias a estas modificaciones, el coche lograba una velocidad tope espectacular de 265 kilómetros por hora y una aceleración de 0-100 en tan solo 6.1 segundos.
A pesar de su peso de 1,635 kilogramos, los ingenieros de AMG tuvieron confianza en su Mercedes-Benz Red Pig. El vehículo tuvo que luchar contra sedanes más ágiles y ligeros durante un recorrido de 14,863 kilómetros virtualmente ininterrumpido.
Fue la resistencia del nuevo motor así como la gran cantidad de rectas en donde compensaba su falta de agilidad mantuvo al coche dentro de la carrera. Al final, solamente 18 de los más de 80 participantes iniciales quedaron vivos. Y para sorpresa de absolutamente todos los presentes, Red Pig obtuvo el segundo lugar, pasando justo después del Ford Capri.
Los pilotos Hans Heyer y Clemens Schickentanz lograron lo absolutamente impensable. Un equipo básicamente compuesto de novatos y aficionados había logrado el podio en una de las competencias más rudas de la historia. Fue gracias a Red Pig que Mercedes-AMG es ahora mismo una de las divisiones deportivas más prestigiosas en el mundo automotriz.
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