Recorriendo las calles de Mónaco en un Porsche 917 | Memo Lira
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Recorriendo las calles de Mónaco en un Porsche 917

En medio del bullicio y el ajetreo de un popular restaurante en la Riviera Francesa, un rugido con tono barítono asciende desde el pavimento, vibrando elevadamente, de manera elegante y con porte esbelto, retumbando...

/abril 24, 2018

En medio del bullicio y el ajetreo de un popular restaurante en la Riviera Francesa, un rugido con tono barítono asciende desde el pavimento, vibrando elevadamente, de manera elegante y con porte esbelto, retumbando hasta los bordes de las copas de vino de fino cristal.

Desde la calle se escuchan los convulsionados chasquidos y crujidos, seguidos finalmente por un estridente chillido ensordecedor que causa que algunos alimentos se caigan de los tenedores de plata y que un camarero, que zigzaguea entre los sorprendidos comensales, deje caer una botella sin abrir de Biondi Santi sobre las despiadadas baldosas terracota.

Claudio Roddaro compró un 917-037 en 2016
Al menos así es como nos gusta imaginarnos que suena cada vez que Claudio Roddaro sale a cenar en algún restaurante de Mónaco. Porque este amable y joven corredor aficionado ha hecho realidad el sueño dorado que tienen en mente la mayoría de los fanáticos de Porsche: no sólo poseer un 917 genuino, sino conseguir el permiso que le permita circular legalmente por las calles.

Claudio, que reside en Mónaco, compró un 917-037 en 2016. Ávido coleccionista y conductor de exclusivos Porsche de carreras, inmediatamente se dedicó a registrarlo para usarlo en carretera. Hoy en día, esto no es algo fácil de conseguir, ya que se trata de un prototipo deportivo de Le Mans de más de 40 años. Pero existía un precedente crucial. O más bien dos. Anteriormente, un par de auténticos 917 habían sido registrados para que se les permita circular en la carretera. El primero, con número de chasis 917-021, hace mucho tiempo y de manera muy breve. El segundo, el famoso automóvil No. 030, obtenido casi nuevo por el fallecido conde Rossi de Montelera, el noble italiano que fue autor intelectual del exitoso vínculo de patrocinio entre Martini y Porsche. A través de una tecnicidad altamente sospechosa, este monstruo completamente plateado y tapizado en piel se ha mantenido legal en la carretera, desde que fue retirado de las carreras a principios de los años setenta. Y fue este auto el que vendría al rescate de Claudio.

 

ESCRITO POR
Apasionado del mundo automotor, periodista por afición y amante de los vehículos que usan los elementos refinados del petróleo. Coeditor del suplemento semanal Autos Publimetro, en donde ponemos especial cuidado en todo aquello que se mueve gracias a un tren motor y ruedas. Entusiasta de los aviones, aprendiz de las redes sociales y fiel observador de la cartografía mundial, así como de las diferentes culturas del globo terráqueo.


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