Este chiquitín fue tan popular que hasta Hombres G nos habló del coche de un niño rico y de jersey amarillo en una canción que probablemente conozcan. Ford Fiesta fue la transición de la marca al demandado mercado del subcompacto, primero en Europa y más adelante para el continente americano.
A pesar de no ser el primer modelo de tracción delantera de la marca (Taurus llegó primero), este hatchback de tres puertas fue el rey en los setentas, gracias a la crisis petrolera que obligó a la firma a concentrarse en carros económicos, como vimos antes en #ViernesVintage con Ford Maverick.
La concepción de Ford Fiesta inició aproximadamente en 1972, cuando la marca se dio cuenta de su ausencia en mercados europeos en el segmento subcompacto. El gigante azul no tenía un ejemplar diseñado para ser barato de comprar y reparar, así como tener la economía de combustible como objetivo primordial.
Fue así que se aprobó ese mismo año el proyecto concepto bajo el alias “Bobcat”. A cargo de la subsidiaria Ghia de Ford y con inspiración de diseñadores de Pinifarina, este nuevo vehículo lentamente evolucionó al Fiesta que conocemos hoy en día.
Su debut sería en el continente europeo, teniendo como principal centro de fabricación la planta de Valencia en España. La estimación del gigante azul era producir 500,000 ejemplares y llevar a la firma a competir contra modelos como Renault R5.
Ford Fiesta saldría al piso de ventas en su primera generación en 1976. Disponible únicamente en una carrocería de tipo hatchback de 3 puertas, más adelante Ford presentaría una versión de trabajo estilo vagoneta que destacaba por carecer de ventanas y asientos traseros.
Ford Escort ascendería en nivel de precio para competir contra Chevette y Cavalier mientras que Fiesta sería la alternativa más pequeña y accesible para el público general.
Por supuesto, el trabajo de los diseñadores se concentró desde un inicio en reducir el espacio ocupado por el motor. La idea era utilizar este espacio para la cabina, reducir el peso del vehículo y mejorar la economía de combustible. Esta característica fue ampliamente popular en Europa y pronto obtuvo buenos resultados en ventas.
Para las versiones más equipadas del Fiesta Mk I, el motor erogaba hasta 52 caballos de potencia. Fiesta Ghia, como se le conocía a esta iteración de lujo contaba con rines de aleación, cromo en el exterior y molduras laterales.
Más adelante, se introdujo la versión XR2 que se planteaba como una versión deportiva con un motor de 1.5 litros. Podíamos distinguirlo con sus aditamentos en negro en la carrocería, faros auxiliares al frente y su sorprendente velocidad tope de 169 kilómetros por hora considerando que partía desde el mismo motor que sus versiones regulares.
Ford Fiesta en su segunda generación llegó al mercado en agosto de 1983 con un rediseño ligero en cuestiones estéticas. La diferencia principal fue la descontinuación del motor 1.3 litros en las versiones base. Sin embargo, el resto se mantuvo muy similar a las vistas en el Mark I.
En Estados Unidos, se introdujo variantes del motor apodado CVH en 1984 con transmisión variable. La capacidad era similar así como la cilindrada pero con ligero aumento a la potencia. La gama se mantuvo también con las mismas etiquetas de Popular, Popular Plus, L, Ghia; y las deportivas llamadas 1.4 S y el XR2.
Al interior, Fiesta incluía una consola interior completamente diferente incluso a comparación con los niveles de lujo vistos en las versiones anteriores. La transmisión manual de 4 velocidades se mantuvo en la base pero más adelante una caja automática o manual de 5 relaciones eran opcionales.
Fue también la generación donde el 1.6 litros en versión diesel llegó a la venta para aumentar todavía más el espacio interior y la reducción de peso. Esta versión no tuvo la popularidad de los motores de gasolina porque los motores en diesel seguían siendo inusuales incluso en Europa.
Ford Fiesta en su tercera generación fue ofertada en febrero de 1989. Basado en una nueva plataforma y con una estética radicalmente diferente, en esta generación se plantearon resolver muchos problemas de la primera y segunda versiones.
En primer lugar, se introdujo por primera vez una carrocería de cinco puertas pero preservando la forma hatchback. El otro cambio principal fue la adaptación de una motorización modernizada para los Kent/Valencia para más potencia y eficiencia.
Sin embargo, lo realmente destacable de esta generación fue el Ford Fiesta RS Turbo, la nueva denominación de la versión deportiva. Basado del XR2 de generaciones anteriores, esta versión ahora contaba con rines de 14 pulgadas, llantas Pirelli, molduras y parachoques en verde, frenos ABS y hasta calefacción para el vidrio delantero con un costo extra. Destacó por una velocidad máxima de sorprendentes 214 kilómetros por hora y un 0-100 en tan sólo 7.9 segundos.
Ampliando aún más la oferta, el mercado europeo introdujo Ford Courier, una versión estilo vagoneta de trabajo pesado en 1991. Basado en Fiesta, este modelo contaba con una distancia mayor entre ejes para adaptar un área de carga trasera de gran tamaño y un motor diesel de 45 HP para la gama estándar.
La cuarta generación de Fiesta llegando en 1995 es también la que llegaría al continente sudamericano por primera ocasión en Argentina, Brasil y Chile, importado directamente desde España. El modelo anterior en el resto del mundo sería comercializado pero bajo la designación Fiesta Classic.
Este nuevo Fiesta contaba con una suspensión mejorada y una carrocería totalmente diferente a pesar de estar basado en la misma plataforma que la versión anterior. Compartiría su diseño con el Mazda 121 después de una alianza entre ambas marcas para promocionar el coche en mercados asiáticos.
60 caballos de potencia era la motorización de entrada para este Fiesta. Más adelante, el Ford Ka haría su debut basado en la plataforma de Fiesta para convertirse en el nuevo vehículo más pequeño fabricado por la firma norteamericana.
Dentro de esta cuarta generación, sería hasta 1998 cuando Ford Fiesta llegaría a México En nuestro caso, los modelos serían heredados directamente desde la planta de Dagenham en Inglaterra. Sin embargo, una vez que el coche se consolidó en el mercado, también se importarían los ejemplares brasileños.
En caso de nuestro país, solamente estaban disponibles inicialmente dos versiones de motor. En primer lugar un 1.3 litros de 60 caballos de potencia típico y un 1.4 litros de 90 caballos con algunas mejoras en equipamiento. Ambos ejemplares sólo estaban disponibles en transmisión manual de 5 relaciones.
A nivel global, en el año 2000 saldría a la venta un facelift de Fiesta Mark IV bajo la designación New Edge. Los cambios principales estéticos estaban al frente además de molduras de mayor tamaño. Se adaptaron también nuevas cabeceras para asientos traseros y bolsas de aire laterales como estándar.
El éxito de Fiesta a nivel global llevó a Ford a considerar expandir aún más las opciones para los clientes en cuanto al coche. Fue así que India desarrolló Ford Ikon, modelo sedán de Fiesta, que a nuestro país llegaría en 2001, aunque sin tanto éxito como la versión original.
Ford Fiesta permaneció como una opción fuerte y constante dentro del portafolio del gigante azul como un hatchback divertido y práctico. Fue hasta 2017 que se decidió proceder con su descontinuación en el continente americano debido a la ascendencia de la popularidad de SUV’s. Sin embargo, Fiesta lo recordamos por su accesibilidad al público general y versiones deportivas legendarias.
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