El Chrysler New Yorker sirvió por décadas para mantener el nombre de la marca norteamericana como fabricante de lujo. Durante 56 años, este coche permitió a la firma competir sólidamente con Buick, Oldsmobile y Mercury.
La historia es larga para New Yorker. A pesar de nacer justo en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió múltiples crisis, cambios de legislación, cambios de plataforma, reducción en presupuesto y problemáticas en ventas. Arduamente, se mantuvo como referencia en el mercado de lujo durante buena parte del siglo XX.
Chrysler New Yorker inicia su historia en 1938 cuando se introdujo como una variante de menor tamaño al entonces modelo más lujoso de la marca, el Imperial. Costaba el equivalente a 22,745 dólares actuales y venía en configuraciones de sedán de 2 o 4 puertas, coupé y convertible.
En 1940, el carro se convertiría en un modelo separado de Imperial. Su motor de 8 cilindros 5.3 litros erogaba 143 caballos de potencia en una transmisión manual de 3 velocidades. Sin embargo, por el inicio de la guerra, su producción sería suspendida.
El coche reanudó su producción en 1946, recuperando su diseño original. Destacó la versión Town & Country por sus acabados de madera que lo volvieron una variante muy cotizada. En este año, New Yorker se consolidaría como el modelo estandarte de lujo para Chrysler.
Finalmente en 1949, New Yorker debutó con un nuevo cuerpo de mayor tamaño así como la introducción de una caja automática. Hasta 1954 duraría esta iteración con varios cambios a lo largo de su existencia, incluyendo la adaptación de dirección asistida, enfocado al goce de manejo.
Chrysler New Yorker en 1955 tendría un rediseño total a cargo de Virgil Exner, famoso por sus hermosos diseños del Chrysler 300C y el Studebaker Champion. Destacó esta generación por su techo más alto y un motor V8 Hemi que erogaba hasta 250 caballos de potencia.
Para 1957, Virgil Exner participaría nuevamente en su rediseño bautizado Forward Look predominaba la aerodinámica para mayor velocidad. ¡Costaría este proyecto adaptado a todos los modelos Chrysler el equivalente 2,764 millones de dólares actuales! Entre las joyas del coche, destaca la adaptación de un control de crucero.
En 1960, New Yorker adaptaría una construcción monocasco para ahorrar costos y se distinguía por sus aletas traseras. Sus motores en 1962 producían hasta 340 caballos de potencia gracias al motor V8 Wedge de 6.8 litros.
Para 1965 llegaría una nueva generación montada en la plataforma C de Chrysler y diseñado por Elwood Engel. Sus acabados en cromo, escapes dobles, aire acondicionado y ventanas eléctricas fueron lo más destacable de esta nueva iteración.
Chrysler New Yorker recibe su rediseño Fuselage en 1969, así como todos los modelos de la marca de tamaño completo. Debido a una baja en ventas, el modelo de 1971 hubo cambios en su diseño así como una reducción de potencia del motor a 225 HP.
En 1974 llegó la crisis petrolera y las nuevas legislaciones en Estados Unidos. Por ello, Chrysler bajó las gamas a solamente tres y se le introduciría una computadora en la consola para mejorar el rendimiento de combustible.
Estos estragos se notaron particularmente en su diseño de 1979 cuando cuando el coche tuvo que reducir su motor V8 en potencia a 166 caballos. La versión Fifth Avenue, la más lujosa, fue lo que salvó al coche al vender 55,000 ejemplares.
Queriendo subir aún más sus ventas pero manteniendo finanzas sanas, llega en 1982 el New Yorker con una reducción extrema de tamaño y solo dos niveles de equipamiento. La versión base tenía solamente 90 caballos.
Chrysler New Yorker en 1983 adaptaría una nueva plataforma para montar una tracción delantera. Además, adaptaría un tablero de instrumentos digital y alerta de voz electrónica para recordarte cuestiones como ponerte el cinturón y no olvidar tus llaves.
Sin embargo, la versión realmente interesante fue la de 1985 porque es el año en que New Yorker llegó finalmente a México. Fabricado en Toluca, sorprendentemente contaba con un motor Mitsubishi en dos versiones de 4 cilindros. La primera era turbo de 140 caballos que fue muy exitosa y una normal con 90 HP.
New Yorker anuncia una nueva generación en 1988, nuevamente con un cambio de plataforma que le permitió aumentar dimensiones. El motor se ofreció ahora en un V6 de 136 caballos con frenos ABS y faros ocultos. En 1989, la caja de velocidades automática aumenta a 4 velocidades y se introducen seguros eléctricos así como aire acondicionado automático.
La versión de 1992 tendría cambios estéticos ligeros pero no se comercializaría en México. El nombre se seguiría utilizando para la tercera generación del LeBaron con un motor de 4 cilindros 2.5 litros de 100 caballos de potencia. La gama se dividía en dos; base y de lujo.
Estados Unidos vería la generación final del coche en 1994 con una estética totalmente diferente. Basado en la plataforma LH, tenía un parecido idéntico al modelo LHS de Chrysler a excepción de monturas de cromo al exterior. Esta variante sería la última que veríamos en nuestro país con un V6 de 3.5 litros de 214 caballos antes de su eventual descontinuación en 1996 después de 56 años de rotundo éxito.
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